Entidades animalistas y del sector agrario urgen a la Xunta medidas para abordar la presencia de jabalíes en zonas urbanas y periurbanas, prevenir posibles accidentes como el que costó la vida a dos jóvenes en Chantada (Lugo), así como los daños en el rural. "El control poblacional no está funcionando", ha asegurado a Europa Press el responsable de fauna salvaje de Unións Agrarias, Jacobo Feijoo.
Y es que, según han denunciado también algunos ayuntamientos, cada vez es más frecuente la presencia de estos animales en vías urbanas, como fue el caso hace unas semanas en los accesos a la ciudad herculina; en Ourense antes o en parques y zonas verdes como ocurrió en Oleiros (A Coruña), con daños materiales, aunque no personales.
Desde la organización animalista Fundación Franz Weber (FFW), su portavoz, Rubén Pérez, ha asegurado a Europa Press que estos "paseos" obedecen al "acceso a alimentación fácil, a través de la basura depositada en contenedores abiertos". "En lugar de buscar en bosques de monocultivo, cuya calidad es cada vez más baja y no ofrece respuesta a los animales". "A ello se suma la falta de recursos hídricos", añade sobre las fuentes.
También apunta a la "seguridad nocturna" al darse estas situaciones en horarios de poco tránsito de vehículos o peatones, "lo que les ofrece espacios más seguros que el monte, principalmente en temporada de caza". "Las franjas de seguridad con respecto a zonas prohibidas para la caza pasaron -- por una reforma de 2013-- de 200 metros a 100, reduciendo estas extensiones donde se refugiaban animales", apostilla como otra causa.
Para el representante de FWW, "la caza no es ni ha sido una solución y las pruebas lo demuestran: siguen realizando incursiones los jabalíes y se establecen las batidas como una medida de muy sencilla autorización y poco impacto para la Xunta".
Como posibles soluciones, plantean desde esta organización facilitar espacios públicos menos atractivos para la fauna silvestre, "como podría ser la sustitución de zonas verdes por la xerojardinería" y "adaptar el resto de parques a medidas disuasorias como vallados y en el caso de cultivos, incluir sistemas de reacción eléctrica (pastores), olfativa (disuasores por olor) o captura y traslado".
También la posible implantación en Galicia de proyectos en marcha en otros lugares como "la esterilización de animales silvestres, que han dado buenos resultados en otras especies y que en el caso del jabalí funciona en el Parque Natural de la Serra de Collserola".
A ello, suman generalizar las ayudas para instalar métodos disuasorios/preventivos en agricultura, y dar respuesta ágil a pagos compensatorios. "Ahora los fondos son insuficientes y rara vez cubren todas las pérdidas", añade Rubén Pérez.
Desde Unións Agrarias, Jacobo Feijoo coincide en que en las áreas urbanas los jabalíes "carecen de enemigos naturales, tienen alimento alternativo y refugio, especialmente en solares y áreas periurbanas con presencia de abandono y matorral".
Con todo, incide en que "lo más relevante son los daños que producen en los cultivos y en la seguridad vial de las carreteras rurales". "En Galicia producen ya 10 accidentes de tráfico al día y cuantiosos daños a los cultivos".
"Hablamos de casi 4.000 al año, lo cual es un serio problema de seguridad vial en el rural". Junto a esto, alude a "los 12 millones de euros de daños directos a los cultivos, fundamentalmente maíz forrajero, pasto y otras producciones como patata, huerta, castañas o viñedo". Por todo ello, recalca que "hay que mejorar las líneas de ayuda y disminuir la burocracia". Así, aunque destaca la mejora en la coordinación, sostiene que las indemnizaciones son "insuficientes".
Mientras, plantea "ampliar el uso de jaula para captura de manadas de jabalíes que entran en los cultivos de forma reiterada". En las zonas urbanas y periurbanas, aboga también por "apostar más" por este sistema. "Las jaulas también pueden ser de mucha utilidad, de forma complementaria a la caza, en zonas de daños reiterados a la agricultura y cultivos".
Sobre la caza, Feijoo argumenta que es "una herramienta de gestión insustituible para el control de especies como el jabalí". "Además de ser vectores de transmisión de enfermedades contagiosas a la cabaña ganadera gallega, hay una muy seria preocupación de que la falta de gestión de sus poblaciones, pueda expandir la peste porcina africana, lo que tendría un impacto demoledor en el sector".
Respecto a las actuales medidas de control, expone que en lo que se refiere al poblacional la Xunta "se apoya exlusivamente en la caza". "Se abaten unos 17.000 jabalíes al año en Galicia en la temporada hábil de caza, mediante caza reglada". Sin embargo, indica que "no está funcionando ya que, a pesar de la caza, la especie está en clara expansión".
Por su parte, la Consellería de Medio Ambiente insiste en "la necesaria colaboración de los ayuntamientos en las medidas informativas y preventivas de gestión de la biomasa forestal y de control de zonas de maleza incontroladas que son idóneas para la cría, el encame y el asentamiento de los jabalís, muchas veces cerca de zonas de producción agrícola y de zonas urbanas y periurbanas".
En cuanto a las medidas ya en marcha, se remite al grupo de trabajo multidisciplinar constituido desde hace varios años y a las ya adoptadas como mejorar la señalización en las carreteras; el establecimiento de pasos de fauna acondicionados para los jabalís que eviten la invasión de las carreteras, así como el reforzamiento de los cierres de las autopistas.
"También se está trabajando con la Federación Gallega de Caza en la mejora de la planificación de las batidas para dirigir a los animales hacia las zonas más alejadas de las vías de alta capacidad", precisa la Xunta que asegura que no se trabaja solo en el control cinegético sino también en una posible superpoblación para "eliminar o minimizar" posibles daños.
"En esa línea, se llevan a cabo medidas como mejoras en la gestión de los tecores, con planes de ordenación cinegética ajustados a la realidad del territorio, y de las zonas libres de caza, agilizando la tramitación de solicitudes de cacería en las épocas críticas, así como la autorización para la colocación de jaulas-trampa tanto a ayuntamientos como a ganaderos", asevera.