Los casi medio millón de emigrantes que están llamados a votar en las elecciones gallegas del próximo domingo tienen hasta este jueves 15 de febrero para depositar el sufragio en las urnas habilitadas en los consultados. Y el sábado, 17 de febrero, será el último día para la remisión del voto por correo de los residentes ausentes.
La diáspora tiene un peso significativo ante el 18F, toda vez que los 476.514 residentes ausentes con derecho a voto en esta cita suponen casi el 17,7% del censo de 2.693.624 llamados a emitir su sufragio el domingo que viene. Por ello, ante un resultado ajustado, su papel podría ser clave.
Según recoge el calendario electoral oficial de los comicios, publicado en la web de la Junta Electoral de Galicia, el escrutinio de los votos de los residentes ausentes empezará el lunes 26 y deberá estar finalizado como muy tarde el jueves 29 de febrero.
Constatado el volumen ante una nueva cita con las urnas, la segunda sin voto rogado tras los comicios generales de julio de 2023, los partidos esperan expectantes comprobar el grado de participación.
Entre tanto, al margen del volumen que en sí mismo representa el voto emigrante, el censo de residentes ausentes (CERA) definitivo para el 18F, que publica el Instituto Nacional de Estadística (INE), refleja también un incremento de los registrados en relación al censo de las últimas generales --con un alza de más de 4.000 personas--.
Por circunscripciones, la provincia de A Coruña es la que registra un mayor número de electores CERA 164.8421; seguida de Pontevedra, con 138.182; Ourense, con 103.832; y Lugo, con 69.658.
Y en cuanto al 'top cinco' de países, según el número de potenciales electores que residen en el extranjero, Argentina sigue a la cabeza con mucha diferencia, ya que computa 166.289. Le siguen Cuba y Brasil, donde se superan los 45.000. Mientras, Uruguay computa 37.165; y Suiza, el primer país ajeno al continente americano en el ránking, 34.114.
El CERA refleja así el peso porcentual que tienen los residentes en el exterior a la hora de decidir sobre el futuro Gobierno autonómico, un hecho que avala un vistazo al histórico de elecciones celebradas en la Comunidad. No en vano, cuando Manuel Fraga perdió en 2005 la mayoría absoluta fió a la emigración la posibilidad de subir hasta el escaño 38.
El foco estaba en la provincia de Pontevedra, pero el recuento del voto exterior certificó el fin de la era de Fraga al frente de la Xunta. Cuatro años más tarde, en marzo de 2009, su sucesor, Alberto Núñez Feijóo, logró sumar 39 de los 75 escaños de la Cámara autonómica en la noche electoral. Posteriormente, el voto emigrante rebajaría su mayoría absoluta a 38 actas, al ganar el PSOE uno por Ourense en detrimento del PPdeG.
Al ahora líder del PP, en cambio, en las autonómicas de julio de 2020, las últimas a las que se presentó en Galicia, el apoyo de los emigrantes le permitió su más amplia mayoría absoluta al llegar a las 42 actas en el hemiciclo gallego --el recuento del sufragio en la diáspora inclinó esta vez la balanza a su favor al arrebatar un escaño al PSdeG en Pontevedra, que sumó el PPdeG--.