El delegado del Gobierno en Galicia, José Miñones, ha reiterado la preocupación del Gobierno central por conocer las causas del accidente del pesquero gallego 'Vila de Pitanxo', que naufragó el pasado 15 de febrero a 450 kilómetros de Terranova (Canadá), y su postura "a disposición de los equipos de investigación".
"Si requieren bajar al pecio para recoger nuevas pruebas el Gobierno va a estar abierto lógicamente a esa opción porque nunca nos hemos negado", ha sentenciado.
Miñones ha hecho estas declaraciones en su visita a la sede de la ONG Accem a preguntas de los periodistas sobre la reunión mantenida este martes en Madrid entre los familiares de las 21 víctimas del naufragio y la ministra de Transportes, Raquel Sánchez.
Tras la misma, la portavoz de los familiares denunció que el Gobierno "no ha madurado" aún la decisión de bajar al pecio hundido para recabar información, apremiándole a dar una respuesta esta misma semana, recordando que se aproxima el fin del verano.
En este sentido, el delegado del Gobierno ha insistido en que existen dos líneas de investigación, "la comisión de investigación de accidentes marítimos y la vía judicial" y coincide con las familias en que "lo más importante" es conocer lo que sucedió y "que haya responsabilidades consecuentes de esos hechos".
Samuel Kwesi, uno de los tres supervivientes del naufragio del pesquero gallego 'Villa de Pitanxo', aseguró ante la Audiencia Nacional que el barco se hubiera hundido igual aunque no se hubiese parado el motor.
Así lo señaló en su declaración el pasado 6 de junio, a la que ha tenido acceso Europa Press, donde insistió en su relato, asegurando que el motor del buque no se paró de forma repentina, sino que el barco embarró primero (las redes se engancharon al fondo del mar) y comenzó a escorarse y a entrar agua.
Después, siempre según sus palabras, el capitán del Pitanxo, Juan Padín (otro de los supervivientes y único investigado en la causa), comenzaría a llevar a cabo diferentes acciones para tratar de solventar la situación, hasta que finalmente se paró el motor por la gran cantidad de agua que estaba entrando.
"Ya había entrado agua. El Pitanxo aunque no se hubiese parado el motor se iba a hundir igual, porque en la posición en la que estaba antes de que se parase el motor ya era el final", subrayó Samuel.
Esta versión contradice a la mantenida por el propio Padín y por su sobrino, Eduardo Rial, tercer superviviente del naufragio, que ocurrió en la madrugada del pasado 15 de febrero a 450 kilómetros de la costa de Terrnova (Canadá) y acabó con la vida de 21 de los 24 marineros a bordo del buque.
Tanto Padín como Rial sostuvieron en sus declaraciones que el motor del 'Villa de Pitanxo' se paró de forma repentina, dejando al barco a merced de las olas en medio del temporal. Esto habría provocado la entrada de agua y su posterior hundimiento.
Sin embargo, la versión de Kwesi dista bastante de la de los otros dos supervivientes. Samuel reiteró que fue el embarre el que provocó la entrada de agua, después de que el capitán comenzase a virar el barco para tratar de solucionar el problema, ya que la entrada de agua había comenzado a escorar el barco.
En ese momento, el jefe de máquinas habría tratado de bajar a la sala de máquinas a ver qué había pasado, porque se habían parado las maquinillas del aparejo. Por ello, acompañado por Eduardo, llegaron hasta la puerta de entrada desde cubierta. Sin embargo, según Samuel, nunca llegaron a entrar porque el buque estaba demasiado escorado ya. En ese momento, el motor del Pitanxo todavía seguía funcionando.
Una de las frases más repetidas en la declaración de Samuel fue la que, según él, dijo el capitán del Pitanxo minutos antes de que el barco se hundiese. Kwesi aseguró que Padín no dio la alerta de abandono del buque ni de ponerse los trajes salvavidas, lo único que dijo fue: "Subid arriba, subid al puente (de mando), hostias".
Esta oración fue repetida por Samuel de forma literal en al menos una decena de ocasiones durante las casi dos horas de interrogatorio. También aseguró que los marineros le pidieron a Padín que soltase la red para así poder corregir el escore del barco, pero que el capitán nunca les hizo caso.
Además, aseguró que varios lo llamaron "asesino, nos quiere matar". Incluso una vez dentro de la balsa salvavidas, uno de los marineros le reprochó sus actos, pero el patrón nunca respondió.
Entre otros temas, Samuel mantuvo que en la última marea del Pitanxo no se llevó a cabo ningún simulacro de emergencia, como establece el protocolo y como sí aseguran que se realizó los otros dos supervivientes. También defiende que tanto Padín como Rial y la armadora del barco trataron de presionarlo para que cambiase su versión de los hechos y contase que fue una parada repentina del motor lo que provocó el hundimiento.
Una vez en la barca salvavidas, Samuel relató cómo poco a poco se fueron muriendo seis de los nueve que consiguieron subirse a la misma y sí reconoció que Eduardo Rial ayudó "mucho" a los que estaban dentro sin traje de supervivencia (solo él y su tío lo llevaban puesto). También indicó que no era verdad que trataron de impedirle que subiese a la balsa, a la vez que negó que Eduardo fuese recogido del agua.
Horas antes de ser rescatados por el 'Playa Menduiña II', desde la balsa observaron otro barco cerca, pero al carecer de ninguna bengala u objeto para llamar la atención, no pudieron contactar con él, tal como explicó Samuel.
El pesquero gallego 'Villa de Pitanxo' se hundió el pasado 15 de febrero a 450 kilómetros de Terranova (Canadá), acabando con la vida de 21 de las 24 personas que viajaban a bordo del barco. El patrón del buque, Juan Padín, es el único investigado en la causa, ya que la Audiencia Nacional ve indicios de 21 delitos por homicidio por imprudencia.