La exdiputada del PP en la Asamblea de Madrid Teresa Gómez-Limón ha abierto este martes una nueva sesión del juicio por el accidente del Alvia en Angrois, en una comparecencia en la que ha narrado las graves secuelas físicas y emocionales que le dejó en siniestro, así como los momentos de confusión vividos tras el descarrilamiento, que ocasionó 80 muertos y 140 heridos.
"De pronto hubo un golpe y aquello se vino abajo. Yo notaba que me hundía, y me empezaron a caer hierros y cosas. Después, hubo un silencio absoluto, pesé que estaban todos muertos, llegué a pensar que yo misma estaba muerta", ha dicho ante el tribunal, presidido por la magistrada del penal número 2 de Santiago, Elena Fernández Currás, y que afronta ahora la parte de responsabilidad civil del caso.
En su declaración, Gómez-Limón ha recordado la ayuda que le prestaron los vecinos de Angrois y ha recordado los últimos momentos antes del siniestro, así como los posteriores, en los que, "por desgracia", no llegó a perder el conocimiento. "Lo recuerdo hora a hora, minuto a minuto", ha dicho.
Esto, ha apuntado al tribunal, le ha causado importantes secuelas psicológicas, con "ataques de pánico" y necesidad de medicación, así como secuelas físicas "dolorosísimas".
Entre otras cosas, ha explicado que los efectos del accidente le imposibilitan viajar en metro, autobús o avión si no es "por obligación", transitar por túneles o incluso coger el ascensor. "Solo voy cómoda en mi coche conduciendo yo, porque tengo sensación de control, y me da miedo que en un momento dado no pueda conducir, porque no me movería de casa", ha subrayado. Gómez-Limón dejó el PP tras el siniestro por la negativa del partido a una comisión de investigación.
En la sesión de este martes también han comparecido familiares de algunas de las víctimas mortales del siniestro. Este es el caso de una mujer cuya hija falleció en el accidente y que ha afeado que no se produjesen dimisiones a nivel político y administrativo tras el mismo, a diferencia de lo que ocurrió recientemente en el caso de los túneles de Cantabria.
"Se equivocaron en medir un túnel y hubo dimisiones, y por la muerte de mi hija no dimitió nadie", ha dicho la mujer, que ha recordado, además, que el conductor del Alvia le "pidió perdón", "pero nadie más".
Tanto ella como el padre y el hermano de la fallecida han coincidido en que consideraron que era "más seguro" que la joven viajase ese día hasta Santiago en tren, y no en coche, y han pedido que "le caiga la mayor pena posible a los imputados", el conductor y el responsable de seguridad de "una línea que se demostró que no era segura". "Esto es como todas las muertes, te quedas como parado en el tiempo, continuas, porque en la vida hay que seguir, pero es una herida que está ahí, que se sigue abriendo y cerrando", ha resumido el padre de la víctima.
También los padres de otra joven fallecida en el accidente han apuntado que consideraron que el tren era el medio más seguro para viajar, ya que "venía de fiesta" a la capital gallega, y han dicho que les genera "rabia e impotencia" que "los políticos y responsables de turno se van de rositas" mientras las familias "tienen que seguir".
"Ella era un sol, y ahora es todo oscuridad", ha dicho el padre de la joven, que ha afirmado que le "hubiera gustado" poder ver "de cerca" a los procesados, criticando que se les haya dispensado de estar presentes físicamente en esta parte del juicio.
Ante esta crítica, la magistrada Elena Fernández Currás ha asumido en primera persona esta decisión, alegando que les ha "autorizado a no participar en un juicio que va a durar 10 meses". "Mi hija va a estar más tiempo enterrada", ha respondido el hombre.
A continuación, la madre de esta víctima ha hecho un llamamiento a los medios de comunicación para que no utilicen imágenes del momento del siniestro, que son "muy dolorosas" para las familias de las víctimas. "Cada vez que hay una noticia del accidente, yo tengo que ver el momento exacto en el que mi hija se está muriendo. Es muy doloroso ver morir a mi hija hoy, mañana y pasado", ha clamado.