El secretario xeral del PPdeG, Miguel Tellado, que asumió ayer las funciones de dirección del partido una vez que se hace efectiva la renuncia de Alberto Núñez Feijóo como presidente, aseguró que el PP de Galicia “tomará decisiones a partir de la próxima semana”. Lo hará “sin apuros, sin prisas” y con garantías de mantener “la estabilidad” en lo que resta de legislatura.
Así lo trasladó, en declaraciones a los medios de comunicación en el Congreso de Sevilla, donde el PP inicia una nueva etapa con Feijóo como presidente tras dar por zanjada la de Pablo Casado.
Feijóo será elegido presidente del PP con la hoja de ruta pendiente en el partido y la única garantía de que el secretario xeral puede, según fijan los estatutos, dirigir la formación, durante el tiempo que sea necesario, toda vez que la actual dirección fue renovada el pasado verano.
En la Xunta, aunque él marcará los tiempos, el presidente dijo que en abril prevé activar el proceso para su relevo, lo que implica su dimisión.
Con independencia de la semana en la que dé el paso, los plazos de la normativa autonómica apuntan a que Galicia podría tener nuevo presidente el próximo mes de mayo.
Tellado lo que garantizó es que la “estabilidad” se va a mantener. No en vano, reivindicó que el PPdeG, con Feijóo gobernando desde el año 2009, demostró su capacidad para garantizar “estabilidad y gobernabilidad”.
“Resolvamos la cuestión como lo hagamos, el PPdeG seguirá siendo garantía de estabilidad y gobernabilidad”, zanjó.
Ilusión e incertidumbre
Ni el partido ni Feijóo cerraron por ahora ninguna puerta de las que contemplan los estatutos populares, lo que se traduce en que, si se opta por cerrar la etapa interina en la que Tellado manejará los mandos, se podría optar tanto por una ratificación vía Comité Ejecutivo como por la convocatoria de un congreso extraordinario en Galicia.
Aunque impera la “ley del silencio” entre los principales dirigentes y, salvo el líder provincial ourensano, Manuel Baltar, nadie manifestó su opinión –él sí señaló al vicepresidente primero de la Xunta, Alfonso Rueda, como relevo lógico, pero lo ciñó a lo inmediato en el plano institucional, además de abogar por un congreso para elegir candidato de 2024–, en los últimos días ha cobrado fuerza la hipótesis de que cualquier vía alternativa a la convocatoria de un cónclave sería “un cierre en falso”.
Cuestión diferente son los tiempos –hay diversidad de opiniones, quien apuesta por apurarlo y quien lo ve después de los comicios municipales– y coincidencia en que el panorama electoral (con un posible adelanto de las generales que no dejó de sobrevolar) puede ser un hándicap.
Con estas cartas, el habitual hermetismo de Feijóo, y el silencio de los principales afectados –Rueda evitó sistemáticamente dar cualquier opinión, más allá de las que sostienen el argumentario de la “estabilidad”–, el ambiente de los integrantes de la delegación gallega que acompaña a Feijóo en Sevilla se debate este fin de semana entre la “ilusión” por el salto nacional del de Os Peares y la “expectación”.
El PP gallego ve garantizada “la galleguidad” del proyecto popular en el ámbito nacional con Alberto Núñez Feijóo al frente y evitó reivindicar cualquier tipo de cuota territorial en los órganos de dirección.
“Con el principal peso pesado al frente, la galleguidad en el nuevo proyecto político está garantizada esté quien esté en el comité ejecutivo y en la junta directiva nacional”, dijo Tellado.