Galicia se encuentra en el momento de mayor incidencia de la COVID-19 desde la irrupción de la pandemia sanitaria en el mes de marzo. La tercera ola está rompiendo todos los máximos en las cifras de contagios a raíz de las fiestas Navideñas y los centros educativos se sitúan de nuevo como un reflejo de lo que ocurre en la sociedad general.
El sistema educativo está viviendo un crecimiento exponencial en el número de positivos detectados desde el regreso a las aulas del alumnado. La semana pasada Galicia alcanzó y superó el pico de casos activos que se había dado en la segunda ola, en el mes de noviembre, pero el ritmo de contagios se aceleró progresivamente.
El día 15 los positivos habían llegado a los 1.535, con una diferencia de 502 respecto a la semana anterior, pero cada día se marcó un nuevo 'récord' de casos activos. Este viernes el sistema educativo gallego volvió a romper el techo en número de casos de coronavirus con un total de 2.628 contagios.
Esta situación se ha visto reflejada en el número de aulas cuarentenadas y en aquellas clausuradas, que han ascendido de 31 hace una semana a las 114 de este viernes, que supone también otro máximo de la pandemia sanitaria en los centros gallegos.
Estas cifras podrían ser todavía mayores, puesto que reflejan el total y la diferencia de casos que permanecen activos entre jornadas y no los datos de contagios reales que se van detectando entre el alumnado y profesores.
Del mismo modo el balance que la Xunta remite a los medios de comunicación refleja únicamente las aulas y centros que cierran por decreto de la autoridad sanitaria y no aquellas clausuradas por decisión de los equipos directivos y las cuarentenas voluntarias o preventivas.
La Consellería de Cultura, Educación e Universidade instó en reiteradas ocasiones a la comunidad educativa a mantener la prudencia y el cumplimiento estricto de las medidas y protocolos sanitarios, puesto que la inmensa mayoría de los contagios proceden del exterior de los centros y, por ello, de momento no existe transmisión comunitaria.
A pesar de ello, como trasladan diferentes representantes de sindicatos y ANPA, la incidencia de la pandemia y las particularidades de las propias infraestructuras educativas, con la dificultad añadida de las condiciones climatológicas, elevan el riesgo de que las circunstancias cambien de un día para otro.
Rogelio Carballo, de Confapa-Galicia, ha advertido de que esta concepción de los centros como espacios seguros se basa en "estadísticas" y es "tremendamente discutible", y ha señalado que los padres están preocupados" por la evolución de la pandemia.
Sobre todo se ha referido al "problemazo" para ventilar las aulas en estas condiciones climatológicas, además de unos edificios que se encuentran en la "obsolescencia" y no permiten aplicar correctamente los requisitos de calidad ambiental.
ANPE, que había reclamado retrasar el inicio del curso para analizar los posibles contagios tras las reuniones navideñas, ha censurado la situación "kafkiana" que se vive en los centros, con alumnos y docentes "congelados toda la mañana" y usando mantas.
Por ello, Julio Díaz ha instado a "darle una vuelta" a los protocolos de contagios, de filtros de aires y de ventilación y ha insistido en la importancia de introducir a los grupos vulnerables en los planes de vacunación "lo antes posible".
Luz López, de CC.OO. Ensino, ha trasladado a también que las autoridades "deberían tener en cuenta la climatología" a la hora de adoptar estos protocolos y la lamentado la falta de un cribado a trabajadores y alumnado antes de retomar las aulas, que "era necesario".
Todo ello, ha añadido, con el fin de mantener el trabajo que permitió contar con una "baja incidencia" durante el primer trimestre y asegurar la ausencia de transmisión comunitaria en las aulas.
Suso Bermello, de CIG-Ensino, va más allá y cree que está "bastante claro" el riesgo de contagio que existe actualmente en los centros, "que no son más seguros que cualquier otro espacio" y cuentan con un factor "más elevado que la media" por el nivel de exposición y la cantidad de personas que transitan cada día por las instalaciones educativas.
Uno de los aspectos de debate ante esta tercera ola de la pandemia se refiere a la necesidad o no de implantar de nuevo un confinamiento domiciliario de la población para ponerle freno a esta tercera ola.
De darse esa situación, todos coinciden en la importancia de preservar la salud, respetar las directrices de los expertos sanitarios y en mantener la presencialidad lo máximo posible, aunque con matices.
Bermello puso de ejemplo las decisiones que está tomando Portugal y que, por ello, un confinamiento total debería "venir acompañado del escolar", pero también puso el foco en la ausencia de medios del 'plan de ensino virtual' "que tanto vendieron y que a día de hoy no existe".
"Si mañana se produce un confinamiento no hay nada hecho más que la literatura de ese plan. Es un problema, porque estoy de acuerdo que un confinamiento total, por ejemplo, en un municipio específico tendría que venir acompañado del escolar", ha explicado.
Al respecto, Rogelio Carballo ha lamentado que el proceso de digitalización "ni está ni se le espera" y ha censurado la falta de preparación de la enseñanza telemática. "Si no hay transición ni evolución para hacer factible eso, evidentemente vamos a defender que (las aulas) sigan abiertas".
Luz López insiste en que "deben ser los expertos" los que dictaminen las medidas necesarias y cree que "habría que buscar un equilibrio" que permita contar con ambas opciones en función de cada caso.
"Con garantías sanitarias, pedimos que sea presencial. Pero si tenemos que volver a la enseñanza a distancias la Consellería se tiene que poner las pilas y poner medios suficientes para afrontarlo con garantías y no el caos de conexiones y alumnos sin medios del curso pasado", ha considerado Díaz.