Según la Federación de Asociaciones de Celíacos de España cada año el número de celíacos aumenta en nuestro país. Posiblemente, este dato no sea una sorpresa, porque cada día hay más personas en el entorno que no pueden comer productos con gluten. Esta tendencia, que está en alza, ha conseguido provocar un cambio en los restaurantes, para conseguir así, que las comidas o las cenas para las personas que padecen celiaquía sean un poco menos engorrosas.
La Sastrería -ubicada en el número 38 de la calle Emilia Pardo Bazán- es un restaurante de comida tradicional con un toque moderno y con una carta adaptada para celíacos. “Nosotros abrimos La Sastrería hace ya siete años. Al principio, elaborábamos la comida con gluten, pero un día nos reservó una mesa una familia que tenía una niña con celiaquía y nos preguntaron si podríamos cocinarle algún producto sin gluten. Le hicimos una tarta de queso fría -sin gluten- y su padre lo subió a las redes sociales. A partir de ahí la gente empezó a preguntarnos y a interesarse por la comida de este tipo. Y fue entonces cuando nos dimos cuenta de que había un montón de celíacos que necesitaban comer sin gluten en algún restaurante”, afirma Sandra, la dueña de La Sastrería.
Sus propietarios, Sandra y David, definen La Sastrería como una burguer taberna. Cuentan con una carta donde predominan las hamburguesas -con 17 completamente diferentes-, y las raciones, entre las que destacan las croquetas -además de ser libres de gluten, no llevan lactosa-, los langostinos crujientes, los huevos rotos o el pollo frito al estilo kentucky, entre otros. Además, también ofrecen una gran variedad de tostas y de ensaladas.
Todos y cada uno de los productos que se pueden degustar en la Sastrería los elaboran allí mismo. “Parte de nuestro éxito es que nuestra comida está elaborada por nosotros mismos, no es comida precocinada, es comida casera. Tratamos de que los productos, como las patatas, los huevos e incluso, alguna verdura, sean de KM0. Desde la compra del producto hasta que se sirve al cliente, pasa por nuestras manos, y eso, quizás es lo que marca la diferencia. Intentamos que el cliente disfrute del mejor producto, de la mejor calidad que podemos pagar”, destacan los dueños de la burguer taberna.
En La Sastrería hacen una cocina para celíacos pero también para no celíacos. “Queremos que la gente que se acerque al local no venga pensando en que el sabor no va a ser el mismo, porque la tendencia es pensar que este tipo de productos no van a estar buenos. Por suerte, nosotros conseguimos que esto no se note. Muchos clientes no saben que no cocinamos sin gluten y lo bueno es que cocinamos sin gluten y no lo notan”, añaden.