Hablar de vino de grifo nos lleva hasta Malte, el local coruñés situado en la plaza de Atocha, que está rompiendo moldes con su singular propuesta, un concepto que está ganando terreno en la gastronomía moderna. Al frente de este local está el hostelero Juan Fernández, que ofrece su innovadora visión de un sector como este que se abre paso con propuestas que se alejan mucho del concepto tradicional del vino. 

Malte no es un bar de vinos de los de “siempre”. En este local coruñés la tradición se fusiona con modernidad a través de 12 grifos de vino que ofrecen una experiencia diferente a los habitual. Esta apuesta por la sostenibilidad es clave para entender el concepto de Malte. El vino de grifo ofrece numerosas ventajas sobre el vino embotellado. Al eliminar la necesidad de botellas y corchos, se reduce significativamente el impacto ambiental. “Un barril de 20 litros equivale a 27 botellas de cristal, lo que lo hace mucho más sostenible y económico”, explica Juan Fernández. Además, al no estar expuesto al aire y a la luz, el vino mantiene mejor sus cualidades organolépticas, ofreciendo una experiencia óptima al consumidor. 
 

Precisamente, uno de los desafíos es educar tanto a los consumidores como a los hosteleros sobre este formato. “Hay un estigma asociado al vino de grifo, como si fuera de menor calidad”, señala Juan. Sin embargo, afirma en que el vino de grifo puede ser tan bueno o incluso mejor que el embotellado, dependiendo de cómo se maneje. “La clave está en la calidad del producto y en la correcta presentación y explicación al cliente”.

Malte también destaca por su participación en todo tipo de eventos divulgativos sobre el vino. Estos encuentros son oportunidades para discutir nuevos formatos y tendencias en la industria del vino. “Es importante que la gente entienda las ventajas del vino de grifo, no solo en términos de sostenibilidad sino también de economía y calidad”, agrega Juan. Aunque en España el vino de grifo es todavía una novedad, en otros países ya es una práctica común. “En lugares como Nueva York, es normal encontrar bares con varios grifos de vino”, comenta el hostelero. La tendencia apunta a que este formato gane cada vez más aceptación, gracias a sus múltiples beneficios. 

Malte está a la vanguardia de una revolución en la manera de consumir vino. Con su enfoque en la sostenibilidad y en la calidad, este local no solo ofrece una nueva experiencia a sus clientes, sino que también educa y rompe barreras en el mundo de la hostelería. El vino de grifo, como señala Juan Fernández, no es solo el futuro, sino una realidad que ya está cambiando el panorama gastronómico.