Un equipo de científicos del desarrollo cognitivo de la Universidad de Northwestern, ha descubierto que los bebés de tan solo 15 meses son capaces de identificar un objeto que previamente les han descrito mediante el lenguaje, incluso cuando este permanece fuera de su vista. Este hallazgo desafía las nociones tradicionales sobre el momento en que los niños comienzan a vincular las palabras con representaciones mentales de objetos físicos.
La investigación involucró a un grupo de niños de 15 meses de edad expuestos a descripciones verbales de objetos comunes, como un juguete o un utensilio doméstico, sin que estos estuvieran presentes visualmente. Posteriormente, se les presentaron escenarios donde dichos objetos estaban ocultos en lugares específicos, como cajas o detrás de cortinas.
Mediante el seguimiento ocular y mediciones de tiempo de atención, los investigadores observaron que los bebés dirigían su mirada hacia la ubicación oculta del objeto mencionado, sugiriendo que habían formado una imagen mental del mismo a partir del lenguaje.
Este estudio proporciona la primera evidencia empírica de que, antes de los dos años, los niños ya utilizan el lenguaje para construir representaciones internas de su entorno. Esto indica que la comprensión temprana del lenguaje no se limita a asociaciones simples entre palabras y objetos visibles, sino que incluye la capacidad de evocar mentalmente elementos ausentes, según explican los investigadores.
Los resultados refuerzan la teoría de que la exposición temprana a un ambiente lingüístico rico es crucial para el desarrollo cognitivo. Además, plantean preguntas sobre cómo los bebés de esta edad integran información auditiva y espacial, un proceso que antes se atribuía a etapas posteriores de la infancia.
Trabajos anteriores sugerían que esta habilidad emergía alrededor de los 18 a 24 meses, vinculada al desarrollo del lenguaje expresivo. Sin embargo, este estudio adelanta ese marco temporal, destacando la sofisticación de la cognición infantil.
Los expertos proponen explorar ahora si esta capacidad varía según factores culturales o socioeconómicos, así como su relación con el aprendizaje de vocabulario en años posteriores.
El hallazgo no solo subraya la importancia de interactuar verbalmente con los bebés desde edades tempranas, sino que también abre nuevas vías para entender cómo el lenguaje moldea la percepción del mundo en las mentes en desarrollo. Futuras investigaciones podrían examinar si esta habilidad predice competencias lingüísticas avanzadas o si se manifiesta de manera similar en infantes expuestos a múltiples idiomas.
Este avance científico reitera que, incluso antes de pronunciar sus primeras palabras, los niños están construyendo activamente su comprensión del mundo a través de lo que escuchan.