El científico chino He Jiankui, que saltó a la fama a finales de 2018 tras afirmar que había conseguido crear los primeros bebés manipulados genéticamente, ha retomado tras su paso por prisión su investigación sobre la edición del genoma de embriones humanos para el tratamiento de enfermedades genéticas.
He, que fue condenado a tres años de cárcel en 2019 por las autoridades de su país, que consideraron que llevó a cabo el proyecto de forma ilegal con fines reproductivos, ha afirmado en una entrevista con el diario japonés Mainichi que su trabajo actual se ajusta a las normas internacionales y que la sociedad acabará aceptando eventualmente esta práctica.
El científico chino He Jiankui, que saltó a la fama a finales de 2018 tras afirmar que había conseguido crear los primeros bebés manipulados genéticamente, ha retomado tras su paso por prisión su investigación sobre la edición del genoma de embriones humanos para el tratamiento de enfermedades genéticas.
El científico aseguró a dicho medio en una entrevista publicada este lunes que su objetivo es tratar enfermedades genéticas raras como la distrofia muscular de Duchenne o el Alzheimer genéticamente determinado mediante la edición del genoma en embriones humanos, y que para sus investigaciones usará embriones desechados y cumplirá las normas locales e internacionales.
He habría establecido tres laboratorios en China tras su excarcelación en 2022, entre ellos en Pekín y Wuhan, según Mainichi.
En noviembre de 2018, el científico chino sorprendió a la comunidad internacional al afirmar que había conseguido crear a las primeras gemelas manipuladas genéticamente para resistir al VIH, lo que acarreó numerosas críticas, especialmente por cuestiones éticas.
Las gemelas formaban parte de tres bebés que nacieron como resultado de un proyecto de edición genética durante la fertilización in vitro de ocho parejas en las que sólo los maridos estaban infectados con VIH, para prevenir la transmisión del virus.
El científico se mostró entonces "orgulloso" de su trabajo y recalcó que su estudio no tenía el objetivo de eliminar enfermedades genéticas sino de "dar a las niñas la habilidad natural" de resistir a una posible futura infección del VIH.
Las autoridades chinas determinaron tras una investigación que He realizó el proyecto de forma ilegal para conseguir fama y ganancias económicas.
Sobre los niños, He dijo durante la entrevista: "Están perfectamente sanos y no tienen problemas de crecimiento". También informó de que las gemelas, que ahora rondan los 5 años, asisten a la guardería, y que otro bebé nacido en 2019 fue también niña.
El científico dijo sentirse orgulloso de sus logros y aseguró que los análisis de las secuencias genéticas completas de las pequeñas muestran que "no hubo modificaciones de genes más allá del objetivo médico, lo que proporciona evidencia de que la edición del genoma era segura".
Reflexionando sobre las críticas que recibió, He lamentó que su investigación fuera tan "apresurada", pero no explicó por qué decidió llevarla a cabo con la violación de las normas internacionales.
El escándalo llevó a las autoridades chinas a revisar sus normativas al respecto de la modificación genética en humanos, que ahora exigen una aprobación de nivel nacional para investigaciones clínicas en ese campo o en otras "tecnologías biomédicas de alto riesgo".
El controvertido investigador aseguró en 2023 que tenía la intención de llevar a cabo investigaciones de edición genética en Hong Kong utilizando inteligencia artificial, planes que se vieron frustrados después de que las autoridades hongkonesas anulasen su visado de trabajo