En un giro irónico, las mismas herramientas de inteligencia artificial que prometen innovación están asfixiando los cimientos del software libre. Proyectos emblemáticos como Fedora, GNOME y KDE se enfrentan a una oleada sin precedentes: hasta el 97 por ciento de su tráfico proviene de rastreadores de IA, según un informe de LibreNews. Este fenómeno no solo dispara costes, sino que amenaza la filosofía colaborativa del movimiento open source.
El desarrollador Xe Iaso relata en su blog "Un grito desesperado de ayuda" cómo los bots de Amazon colapsaron su servicio Git, burlando medidas tradicionales como robots.txt
y bloqueos por IP. "Los crawlers de IA falsifican agentes de usuario, usan direcciones IP residenciales como proxies y nunca se detienen", explica. Su solución extrema: esconder el servidor tras una VPN y crear Anubis, un sistema que exige resolver puzzles matemáticos para acceder al contenido.
La comunidad responde con medidas drásticas:
Aunque efectivos, estos sistemas tienen un coste: los usuarios legítimos en móviles han reportado esperas de hasta dos minutos para acceder a enlaces compartidos en chats. "Es como poner un candado a una biblioteca pública", admite Bart Piotrowski, administrador de GNOME.
Los modelos de lenguaje necesitan entrenarse con datos públicos, y los repositorios open source son un banquete. Pero el hambre insaciable de las empresas tecnológicas choca con una realidad: muchos mantenedores operan con presupuestos mínimos. Kevin Fenzi, de Fedora, alerta: "No tenemos recursos para una carrera armamentística contra bots financiados por corporaciones".
Mientras gigantes como Amazon y Alibaba escalan su recolección de datos, la comunidad debate si privatizar proyectos históricamente abiertos. "Si esto continúa, tendremos que elegir entre sobrevivir o mantener nuestros ideales", advierte Iaso.