Los diputados conservadores británicos buscan otra vez a un nuevo líder que les permita seguir en el poder tras los comicios de 2024, a pesar de las profundas divisiones en las que está sumido el partido y la crisis que atraviesa el Reino Unido.
El anuncio de dimisión de Liz Truss como líder conservadora y primera ministra volvió a reabrir las heridas internas en la formación y puso en entredicho la reputación del Reino Unido como país de buena gobernanza y pionero en la formulación de políticas.
Las luchas internas definieron a la formación en los últimos 30 años. En su día fueron sobre la permanencia o no en la Unión Europea (UE), que dieron paso a la victoria del Brexit en el referendo de 2016, y ahora las luchas fratricidas están centradas entre los moderados y la derecha de la formación.
“Es muy poco probable que algún candidato pueda sanar las divisiones en el partido y dar estabilidad al Gobierno debido a una serie de factores. Las divisiones entre los moderados y la derecha del partido son profundas e ideológicas. Además, el posible regreso de Boris Johnson probablemente reavive las divisiones dentro del partido por su competencia en el cargo”, expresó el politólogo Andrew Mycock, de la Universidad de Huddersfield.
El ex primer ministro británico Boris Johnson y el antiguo titular de Economía Rishi Sunak aparecen como los principales aspirantes ‘tories’ a suceder a Liz Truss como líder del Partido Conservador y nuevo jefe del Gobierno del Reino Unido.
Después de la dimisión de Truss tras apenas 45 días en el poder, el Partido Conservador abrió el proceso interno para elegir al nuevo inquilino de la residencia oficial del número 10 de Downing Street en el plazo máximo de una semana.