La Cumbre para la Paz que se celebró ayer en Egipto para buscar salidas a la crisis en Gaza constató tanto el respaldo a la solución de los dos Estados para el conflicto de Israel y Palestina como el abismo de sensibilidad entre el mundo árabe y Occidente a la hora de valorar la situación de los palestinos. No obstante, la reunión culminó sin una declaración final conjunta de los 34 países y organismos internacionales que participaron en el encuentro.
Varios jefes de Estado y de Gobierno, como el español Pedro Sánchez y el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, participaron en un encuentro organizado por el presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi, en la Nueva Capital Administrativa del país. Todos los invitados que expresaron su opinión al inicio de la reunión fueron categóricos en defender las mismas ideas: la coexistencia de dos Estados es la única solución viable al conflicto, las vidas civiles deben ser protegidas en todas partes y la ayuda humanitaria debe poder entrar en la Franja de Gaza. También se notó, sin embargo, el abismo de sensibilidad entre el mundo árabe y Occidente a la hora de valorar la situación de los palestinos y las responsabilidades sobre su actual situación.
De hecho, el presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi, instó en su discurso a fijar una hoja ruta para que la ayuda a Gaza siga fluyendo a través del paso de Rafah, que fue abierto ayer, y se termine la “crisis humanitaria” en el enclave palestino. El paso se abrió para la entrada de camiones de ayuda humanitaria en el enclave palestino, bajo asedio del Ejército de Israel como castigo a la población gazatí tras el brutal ataque del islamista Hamás contra el Estado judío del pasado 7 de octubre.
El presidente egipcio, país que actuó como histórico mediador entre Israel y Palestina, se preguntó si no es el momento ya para que se acaben los conflictos en Oriente Medio: “¿No es el momento para buscar soluciones para las crisis en Oriente Medio?”.
Justo después fue el rey de Jordania, Abdalá II, quien hizo su discurso, uno de los más comentados de la jornada. “El mundo árabe escucha que la vida de los árabes, nuestra vida, es menos importante que la vida de los demás y que la ley internacional es optativa”, señaló.
El monarca, la figura más cercana a Occidente y cuyo país reconoce a Israel, habló en un tono duro ante los asistentes. Así, aseveró que estos ataques de Israel contra “la paz son peligrosos y rechazados en todos los niveles”. “Son personas encerradas sin solución, sin ayuda... Son crímenes de guerra. Pero la importancia que le da el mundo es nula”, dijo. “Israel decidió encerrar Gaza, y continúa el silencio internacional”, zanjó.