El fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), Karim Khan, subrayó ayer su “preocupación” por el bombardeo israelí en la ciudad de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, y alertó de que “quienes infrinjan la ley tendrán que rendir cuentas”, como parte de la investigación que está “llevando a cabo con máxima urgencia”.
“Estoy profundamente preocupado por el bombardeo y la posible incursión terrestre de las fuerzas israelíes en Rafah. Mi Oficina tiene una investigación en curso sobre la situación en el Estado de Palestina. Esto se está llevando a cabo con la máxima urgencia, con miras a llevar ante la justicia a los responsables de los crímenes bajo el Estatuto de Roma”, añadió Khan.
Los crímenes bajo jurisdicción de la CPI incluyen los crímenes de guerra, de lesa humanidad, el genocidio y la agresión (de un Estado a otro). “Todas las guerras tienen reglas y las leyes aplicables a los conflictos armados no pueden interpretarse de manera que queden vacías o carentes de significado. Éste ha sido mi mensaje constante”, advirtió el fiscal.
Khan visitó el pasado noviembre Israel, a petición de supervivientes y familiares de las víctimas de los ataques de Hamás, y también estuvo en Ramala, donde se reunió con altos funcionarios palestinos. No se reunió con autoridades israelíes, puesto que Israel no ratificó el tratado fundacional del tribunal, ni reconoce su jurisdicción, a diferencia de Palestina, que sí es miembro. “Desde entonces, no he visto ningún cambio perceptible en la conducta de Israel. Como he subrayado repetidamente, quienes no cumplen con la ley no deberían quejarse más adelante cuando mi oficina tome medidas de conformidad con su mandato.
A todos los involucrados: mi oficina está investigando activamente cualquier delito presuntamente cometido. Quienes infrinjan la ley tendrán que rendir cuentas”, señaló.
Khan también pidió “la liberación inmediata de todos los rehenes” y subrayó que este punto “representa un foco importante” de las investigaciones de su equipo sobre la situación en Palestina.
El fiscal tiene abierta desde 2021 una investigación de los presuntos crímenes cometidos desde 2014 en los territorios palestinos ocupados, desde Gaza a Cisjordania, incluida Jerusalén Este, lo que afecta al ataque de Hamás el 7 de octubre a Israel, pero también la guerra israelí en Gaza, territorio palestino.
En la madrugada de ayer, Israel rescató a dos rehenes cautivos en un edificio de Rafah, donde viven unos 1,4 millones de desplazados en el sur de la Franja, entre bombardeos que mataron a decenas de gazatíes. Por su parte, Hamás informó de la muerte de diez militares israelíes al este de Jan Yunis, lo que no pudo verificarse.
Estados Unidos exhortó ayer a Israel a que evite lanzar una gran ofensiva en Rafah sin diseñar antes un plan humanitario para los más de un millón de palestinos que se refugian en esta ciudad del sur de la Franja de Gaza.
El portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, dijo en una rueda de prensa que Estados Unidos no cree que los últimos bombardeos sobre Rafah puedan considerarse “un ataque a gran escala”.
Pero advirtió de que la Administración de Joe Biden no apoyará ninguna campaña militar “sin que se tenga en cuenta a los 1,1 millones de personas que, según algunas estimaciones, se encuentran hoy en Rafah”.