Las autoridades canadienses han advertido este jueves que el humo de centenares de incendios forestales activos en el este y oeste del país provocarán que la calidad del aire en grandes áreas del país se sitúe de nuevo en niveles de elevado riesgo para la salud.
Aunque a primeras horas del jueves la calidad del aire mejoró, el Servicio Meteorológico de Canadá ha predicho que el indicador caerá de nuevo a niveles de "elevado riesgo" en ciudades como Toronto a lo largo del día.
En el área metropolitana de Toronto, donde viven más de seis millones de personas, una séptima parte de la población de Canadá, las autoridades están recomendando que las personas de mayor edad, niños y personas con problemas de salud reduzcan actividades en el exterior que supongan un esfuerzo físico.
Mientras, de los alrededor de 400 incendios forestales que siguen activos en el país, casi la mitad está fuera de control. Solo en la provincia de Quebec se registran 150 incendios forestales cuyo humo es responsable de la drástica reducción de la calidad del aire en ciudades como Toronto, Nueva York, Filadelfia o Washington.
Los últimos datos de las autoridades canadienses señalan que desde enero las llamas han consumido 3,8 millones de hectáreas de bosque, cuando la media desde 1990 es que los incendios forestales quemen un total de 2,5 millones de hectáreas al año.
Kent Moore, profesor de Física de la Universidad de Toronto, y experto en meteorología y cambio climático, ha declarado este jueves a EFE que "no hay ninguna duda de que el cambio climático está alimentando el aumento de incendios este año", combinado con unas condiciones meteorológicas extremadamente secas en el este de Canadá.
Moore ha añadido que las condiciones empeorarán en los próximos años, especialmente en las regiones más septentrionales del planeta, por lo que los ciclos de grandes incendios forestales se acelerarán.