La campaña militar israelí en Yenin, que conllevó combates con las milicias palestinas, no fue una operación aislada e Israel aseguró que la repetirá para “acabar con el terrorismo” y evitar que ese punto al norte de Cisjordania se convierta en la próxima Gaza. “Es un aviso de nuestros próximos pasos. Esta no es, de ninguna manera, la última acción que tomaremos. Haremos todo lo necesario, desde tierra o aire, para combatir a los terroristas”, afirmó Netanyahu.
La incursión en el campo de Yenin, histórico bastión del movimiento miliciano palestino, implicó más de mil efectivos terrestres, pero también aviación y drones para atacar por primera vez en casi dos décadas, lo que la convierte en la operación de mayor envergadura en Cisjordania desde la Segunda Intifada (2000-2005). “Terminamos una acción integral contra el enclave terrorista en Yenin, ya no es un refugio seguro para terroristas”, agregó Netanyahu. El líder israelí vaticinó una “nueva era en la lucha contra el terrorismo”, en la que las unidades aéreas prestarán apoyo a fuerzas terrestres.
Estas palabras sugieren un cambio de estrategia de Israel en el norte de Cisjordania, donde se espera otra operación militar al corto o medio plazo, que traslade la guerra al espacio aéreo, como ya hicieron en Gaza desde 2014. La reciente operación estaba centrada en desarticular a la Brigada de Yenin, que aglutina a las milicias de todas las facciones unidas desde el año pasado, incluidas Hamás y la Yihad Islámica, fuerzas dominantes en Gaza. Israel la considera el “mayor foco de terrorismo en la zona”, ya que no solo se enfrenta a las tropas cuando entran al campo, sino que cometió medio centenar de ataques contra objetivos israelíes en lo que va de año.
Israel ve con preocupación la creciente influencia de la Yihad Islámica y Hamás, que gobierna Gaza desde 2007. Cree que son “satélites” de Irán, potencia enemiga que estaría financiando, armando y entrenando a las nuevas milicias palestinas. “La agresión en Yenin es similar a la estrategia llevada a cabo en Gaza en los últimos años, la destrucción de infraestructura civil como castigo colectivo a la población palestina con el pretexto de atacar lo que ellos llaman terrorismo”, aseguró el analista palestino Sam Bahour.
Bahour se refirió a la “gazificación de Cisjordania”, lo que implicará la aniquilación de cualquier posible desarrollo económico en la zona, donde la ocupación israelí y el desempleo hacen que “los palestinos, sobretodo los jóvenes, hayan perdido la esperanza y opten por la violencia”. El analista consideró que la operación fue “un fracaso desde el punto vista militar para Israel”, ya que muchos milicianos lograron escapar del campo en las primeras horas de la incursión.