La OTAN aseguró ayer que no ve cambios en la postura nuclear de Rusia que le lleven a revisar la de la propia Alianza, después de que Moscú anunciara el sábado un acuerdo con Bielorrusia para el despliegue de armas atómicas tácticas en el territorio de ese Estado, que comparte frontera con Ucrania.
“La OTAN está vigilante y estamos siguiendo la situación de cerca. No hemos visto cambio alguno en la postura nuclear de Rusia que nos lleve a ajustar la nuestra. Estamos comprometidos con proteger y defender a todos los aliados de la OTAN”, indicó la portavoz de la Alianza, Oana Lungescu.
Lungescu expresó que la “retórica” nuclear de Rusia es “peligrosa e irresponsable” y calificó de “totalmente engañosas” las referencias del presidente ruso, Vladimir Putin, a la política de la OTAN por la que Estados Unidos tiene desplegadas algunas armas nucleares en ubicaciones de países de Europa, pero bajo custodia de Washington y cumpliendo el Tratado de No Proliferación Nuclear. Así, afirmó que los aliados respetan “plenamente” sus compromisos internacionales.
“Rusia ha violado sistemáticamente sus compromisos sobre control de armas, más recientemente suspendiendo su participación en el tratado Nuevo Start”, aseveró la portavoz, que pidió a Moscú “volver al cumplimiento y actuar de buena fe”.
En febrero, Putin anunció la suspensión del cumplimiento por parte de su país del Start III o Nuevo Start, el último tratado de desarme nuclear que aún estaba vigente entre Rusia y EEUU.
Asimismo, el alto representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, afirmó que Bielorrusia aún puede “detener” el despliegue de armas nucleares rusas en su territorio acordado con Moscú y que es la “elección” de Minsk.
“Que Bielorrusia albergue armas nucleares rusas significaría una escalada irresponsable y una amenaza para la seguridad europea. Bielorrusia todavía puede detenerlo, es su elección”, escribió Borrell en su perfil de Twitter. Y añadió que la UE está “lista para responder con más sanciones para el país invasor”.
Putin, volvió a poner sobre el tapete la carta nuclear ante la falta de avances en el frente ucraniano durante la campaña invernal y en un intento de obligar a Occidente a renunciar, a largo plazo, a armar al ejército enemigo, según creen los analistas occidentales.
Putin anunció el acuerdo justo cuatro días después de exigir a Estados Unidos en una declaración conjunta con el líder chino, Xi Jinping, la retirada de sus arsenales nucleares del extranjero. Precisamente, Xi le advirtió en Moscú que esa era una línea roja que nadie debía cruzar, ya que en una guerra nuclear “no hay vencedores”.
Todo esto ocurre cuando las fuerzas rusas reducen notablemente la intensidad de sus ataques contra Bajmut, según la Inteligencia occidental, aunque los defensores ucranianos creen que la batalla por ese bastión del Donbas aún no terminó.
La Inteligencia británica considera que con esta decisión Putin quiere obligar a EEUU a aceptar sus conquistas territoriales, o de lo contrario no habrá ocasión de hablar de acuerdos sobre desarme estratégico. En cambio, en su opinión, la tibia reacción de la OTAN demuestra que no lo logró, ya que Washington no desea que “el factor nuclear” sea parte de la ecuación de arreglo en Ucrania. l