El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, aseguró que tiene un plan de combate para recuperar en 2024 varias ciudades ocupadas por Rusia, tanto en el sur como en el este del país, al tiempo que Kiev descarta un posible cese de las hostilidades para entablar negociaciones con el Kremlin.
Mientras, Moscú se acerca cada vez más al listón de medio millón de hombres que firmaron contratos con el Ejército y multiplicó la producción de armamento, aunque Kiev mantiene que aún está lejos de reponer los arsenales a los niveles del comienzo de la contienda.
“Tengo un plan. Tenemos direcciones en las que avanzar. No puedo desvelar los detalles, pero tenemos pequeños avances en el sur y también en el este”, dijo Zelenski durante una videoconferencia con Nueva York. En particular, mencionó los progresos en la región de Jerson.
Desde hace días Zelenski, que prolongó ayer tres meses la ley marcial y la movilización general, intenta disipar las dudas tanto en su país como en Occidente de que la contraofensiva iniciada el 4 de junio ya no tiene recorrido.
Además, Zelenski no dudó en denunciar la lentitud de los suministros de armamento occidental y su impacto en el frente, y admitió la inquietud que causa en Kiev la actitud de algunos políticos republicanos de EEUU. Eso sí, eludió comentar si le parecía bien o mal la posibilidad de que Donald Trump regresara a la Casa Blanca. Además, llamó a dedicar los activos rusos congelados en Occidente debido a la guerra a la reconstrucción de Ucrania, posibilidad que apoyan EEUU y la Unión Europea, y que el Kremlin ya condenó.
Por si hubiera alguna duda sobre los planes de Kiev, el ministro de Exteriores de Ucrania, Dmitro Kuleba, descartó una posible pausa en los combates en respuesta a las informaciones acerca de conversaciones a puerta cerrada entre Occidente y Kiev sobre negociaciones de paz. Añadió que “aquellos que afirman que Ucrania debe entablar ahora conversaciones con Rusia o no están informados o están confundidos o están de parte de Rusia y quieren que Putin tome una pausa antes de una agresión aún mayor”.
Mientras, Yuri Ignat, el portavoz de la Fuerza Aérea de Ucrania, anunció ayer la futura creación de centros de preparación de pilotos en el manejo de los cazas estadounidenses F-16, y precisó que la instrucción de los pilotos ucranianos en Rumanía, adonde ya llegaron cinco aviones de combate, aún no comenzó. Dónde sí lo hicieron es en España, donde decenas de militares ucranianos ya se ejercitan en el uso y mantenimiento de los misiles antiaéreos Hawk, seis de los cuales el Gobierno español ya entregó a Kiev, según el Estado Mayor de la Defensa español.
Rusia tampoco parece dispuesta aún a renunciar a las hostilidades. Para ello, según informó ayer el subjefe del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitri Medvedev, casi 410.000 rusos ya firmaron contratos con el Ejército para combatir en Ucrania desde el pasado 1 de enero.
Además, Medvedev resaltó que en el último año Rusia multiplicó varias veces el ritmo de producción de armamento. “El potencial de nuestra industria militar ha alcanzado niveles nunca vistos desde el final de la Gran Guerra Patria” (1941-45), proclamó.