Cuatro niños pequeños y un adulto están muy graves, y otro adulto herido menos grave, en un ataque con arma blanca ocurrido en un parque infantil de la ciudad alpina de Annecy (sureste de Francia), que ha dejado a este país en estado de conmoción.
Los niños tienen entre 22 meses y tres años, y entre ellos hay una británica y un neerlandés, además de dos hermanos, según las autoridades, que han descartado el móvil terrorista en este ataque.
"No hay por el momento elementos que puedan indicar que haya una motivación terrorista", afirmó la fiscal de Annecy, Lisa Bonet-Mathis, en una conferencia de prensa cerca del lugar del ataque.
El ataque se investiga, por tanto, como un intento de asesinato sobre seis personas, y el presunto autor, que fue detenido rápidamente, está siendo interrogado por la policía para intentar determinar el móvil de su acción, añadió la fiscal.
El autor es un sirio de 31 años que recibió el estatuto de refugiado hace diez en Suecia, donde se casó y tiene una hija de tres años. Hace unos ocho meses se separó y a finales de 2022 llegó a Francia, donde no tiene antecedentes policiales ni psiquiátricos.
El sospechoso, identificado como Abdelmasih H., se definió como cristiano al solicitar asilo en Francia, pero las autoridades le indicaron que no era necesario al tener su estatuto legal en Suecia. En su poder se encontraron una cruz y un libro de oraciones cristianas.
Su expareja declaró al canal BFM por teléfono que era "un buen padre" y "un buen estudiante", pero que llegó un momento en que se empeñó en salir de Suecia porque no se sentía a gusto y hacía meses que no sabía nada de él.
El ataque tuvo lugar a las 07.45 GMT en un área infantil de columpios y toboganes dentro de un gran parque llamado Jardín de Europa, junto al lago de Annecy.
Varios testigos indicaron que el hombre comenzó a gritar y a atacar con un puñal a los niños, varios de ellos en sillas de paseo, entre los chillidos de pavor de los presentes, mientras algunos de los adultos intentaban frenarle, como el hombre de 78 años que está herido muy grave.
Un testigo grabó un vídeo con parte del ataque, que las autoridades han pedido que no se divulgue por internet. En él, y según periodistas que lo han visto, el autor grita varias veces en inglés "en el nombre de Jesucristo".
Imágenes grabadas con teléfono móvil difundidas en redes sociales muestran al presunto autor vestido de negro con gafas de sol, barba y un "keffieh" (pañuelo típico de Oriente Medio en la cabeza), huyendo con el puñal todavía en su mano derecha, mientras era perseguido por varias personas.
Otras imágenes le muestran cuando está ya siendo reducido por varios policías que ni siquiera se habían quitado los cascos de las patrullas en motocicleta.
La detención se produjo apenas cuatro minutos después de los apuñalamientos, ya que la patrulla de agentes se encontraba en las inmediaciones.
En una conferencia de prensa posterior junto con el prefecto (delegado del Gobierno) del departamento de Alta Saboya, Yves Le Breton, la fiscal detalló que la única arma que llevaba el detenido era un cuchillo de pequeño tamaño y que "no hay ninguna otra persona sospechosa".
Añadió que los primeros elementos apuntan a que no actuó bajo la influencia del alcohol o las drogas. La fiscal explicó que puede estar bajo custodia policial un máximo de 48 horas antes de se presentado ante un juez.
También detalló que uno de los heridos ha sido trasladado a la cercana ciudad suiza de Ginebra, mientras que los demás lo han sido a Grenoble, ambas con centros médicos con más capacidad para tratar heridos muy graves.
El prefecto, preguntado sobre una convocatoria de manifestación de un grupo ultraderechista, hizo un "llamamiento a la decencia", y calificó de "insoportable" cualquier intento de aprovecharse de la tragedia.
El presidente francés, Emmanuel Macron, calificó el ataque de "una cobardía absoluta", según dijo en un mensaje en Twitter.
La primera ministra francesa, Élisabeth Borne, calificó el ataque de "un acto odioso, incalificable" que ha dejado el país "conmocionado" y felicitó a los agentes que detuvieron al autor así como a los servicios de emergencias por su rápida actuación.
El ataque ha trastornado la pequeña ciudad de Annecy, un apacible enclave turístico de unos 130.000 habitantes, que aprovecha su situación al pie de los Alpes y en la orilla del lago que lleva su nombre para atraer al turismo internacional en invierno y en verano.