Falta un año para las próximas elecciones generales pero nuestros gobernantes ya están en campaña.
Desde filas socialistas se ha anunciado que el presidente Pedro Sánchez va a hacer una gira por toda España. La gira, claro está, es una gira de propaganda, supongo que para convencer a los suyos de que está gobernando bien.
Y de gira también está la vicepresidenta Yolanda Díaz, que mire usted por donde, está cambiando de papel. Si hasta hace unos meses se presentaba como el culmen de la moderación y una política de diálogo, ahora se ha puesto el “traje” de líder de izquierdas, pero de una izquierda de las de antes, arremetiendo contra la patronal con un tono faltón y también contra el propio Gobierno, del que forma parte, cuestionando un aumento en el gasto de Defensa. Al final, la vicepresidenta se muestra tal cual, seguramente porque había mucho de impostura en la imagen que proyectaba.
En cuanto a otros miembros del gobierno, no han parado durante el verano de conceder entrevistas.
Y es que ya digo, el Gobierno se ha puesto en “modo” elecciones, primero para afrontar las municipales y autonómicas y a continuación las generales.
Dicen en los aledaños de la familia socialista que la primera convocatoria, la de elecciones municipales y autonómicas, será más clave que nunca. Si en esas elecciones “pinchan” lo tendrán más difícil en las generales.
No sé, pero me parece a mí que en el caso del presidente la “gira” prevista no es, lo que seguramente, esperan los ciudadanos. Con la inflación desbocada, la incertidumbre adueñándose del futuro, el empobrecimiento galopante de las clases medias que son la base de la sociedad, me parece a mí que los ciudadanos esperan que el Gobierno, con el presidente al frente, no dejen el puesto de mando y se dediquen a abordar la difícil situación en que estamos inmersos.
Y no, no es consuelo que el resto de los países europeos vivan situaciones similares.
Por eso, me parece a mí, que esta precampaña va a servir de poco a sus protagonistas.