En defensa de la sanidad pública

En muchas ocasiones llegó a cansarme de escuchar, ver o leer a esos pontificadores que suelen atacar, de manera reiterada, a la sanidad pública dejando al libre albedrio sus comentarios que no se ajustan a la verdad, ni a la realidad. Unas opiniones muy respetables, pero no compartidas, en las que suelen colocar en la punta de la pirámide de las críticas el mal funcionamiento de la sanidad pública gallega.


La sanidad pública transferida a Galicia tiene un largo recorrido que va camino del medio siglo. Los primeros movimientos sanitarios se re montan al año 1980 cuando se reciben las primeras transferencias en materia de sanidad: salud pública y sanitarios locales, que se completan una década más tarde con la asistencia sanitaria. El círculo se cierra en el año 1991 cuando se firma el traspaso de las funciones y servicios del Instituto Nacional de la Salud –conocido genéricamente como Insalud– contemplándose los recursos humanos y materiales que se incorporan al Servicio Galego de Saúde (SERGAS), cuya creación se remonta al año 1989 siendo un organismo autónomo que quedó adscrito a la Consellería de Sanidade. Con todo este proceso generado por el Estado Autonómico pasaba a un segundo plan lo que desde siempre conocíamos como la Seguridad Social que daba cobertura a una gran parte de los españoles, aunque no todos podían disfrutarla.


Cambios fundamentales que quedaron reflejados en la Ley General de Sanidad-año 1986- que configura un nuevo modelo de organización de los servicios sanitarios que se conocen como Sistema Nacional de Salud. Se trata de una regulación por medio de la que se fija el principio fundamental de que toda persona tiene derecho a la salud, independientemente de su situación económica y laboral.


Este principio significa que se pone en marcha una práctica sanitaria basada en la igual para todos en temas de salud. Un sistema público de salud que desde hace cerca de 35 años fue incorporando cambios en la estructura y organización para adaptarse a las exigencias de la ciudadanía y el cumplimiento de objetivos.


Para conseguirlos la Consellería de Sanidade promueve actuaciones a través de los centros propios y de sectores ajenos implicados en el avance de la salud. Al igual que otros sistemas planifica y gestiona su propia financiación, procura la generación de recursos, organiza el acopio de servicios y garantiza una tutela efectiva de los recursos.


Con la finalidad de promover la salud de la ciudadanía, protegerla contra posibles riesgos y asistirla en caso de enfermedad, recordemos algunas máximas fundamentales que se deben de tener en cuenta: coordina y organiza todos los centros, servicios y establecimientos públicos autonómicos.


Sobre este particular debemos hacer hincapié en algunos considerandos que se suelen mencionar desde los estamentos públicos sanitarios cuando se da cuenta de los valores y trabajos que se llevan a cabo como son los relativos a mejorar la salud; garantizar los derechos y mantener la sostenibilidad financiera; alcanzar resultados satisfactorios para la ciudadanía, así como eficiencia, transparencia y participación efectiva.


Mantengo mi postura inicial. Sigo siendo un fiel defensor del trabajo que se lleva a cabo por medio de la sanidad pública. Algo que puedo corroborar en mi propia experiencia cuando estuve más de un mes ingresado en un hospital. No olvidemos que la sanidad pública nos acerca a los mejores equipos de sanitarios, y a los mejores tratamientos y centros.

En defensa de la sanidad pública

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