Por mucho que nos empeñemos en controlar el déficit del Estado en sus cuentas, y sanear la economía pública, esto no se puede hacer, desde fuera, sino, desde dentro del gabinete del Gobierno. En algún momento los dirigentes, tendrán que poner las pilas y atajar este mal endémico que engulle las arcas del Estado y el déficit público, sigue en subida libre desde hace ya, bastante tiempo, pero de esto, hablaremos en otro momento. Hoy toca, ver la capacidad del Gobierno para endeudarse, su falta de previsión para atinar con los números y atajar el problema. El cual crecerá de la misma forma que el Ejecutivo obvie su solución.
En el primer trimestre de este año 2024, el déficit público español, cerró con un aumento de casi el 35%, con una gasto de unos 4.541 millones de euros más, que en el mismo periodo anterior (2023) Suponiendo el gasto público un aumento del 4,5% en este tiempo. De modo principal, por el pago de intereses, emanados de la deuda, que hay que pagar o acumular, como se está haciendo, una hipoteca de futuro. Además, de un ligero aumento de la inversión, según datos. Mientras que, los ingresos, también, supusieron un alivio a las arcas, al incrementarse, un 3,7%.
En lo que respecta a los cuatro primeros meses de este 2024, los ingresos ya señalados, ascendieron a los 84.130 millones de euros, debido a la presión tributaria, creciendo el flujo dinerario un 6,4% hasta los 72.182 millones de euros, en tanto, que la recaudación del impuesto de IRPF, creció en un casi 18%, debido a las mejores previsiones económicas, en la recaudación por el rendimiento de trabajo.
Mientras que los ingresos, por el impuesto de sociedades, crecen un 5,3%, debido a un mejor beneficio en sus resultados empresariales. Hay otros tipos de ingresos que nutren la Hacienda pública española, pero desgranar todo aquí, es tarea imposible, así que solo hablamos del grueso del león. Pero, si, los ingresos aumentan, también lo hacen los gastos y estos han subido hasta los 84.190 millones de euros.
En medio de este embrollo económico español, queda el futuro de los intereses a pagar por la deuda soberana del país, que no cesan en su subida, al incrementar la deuda, también. Lo hacen sus intereses, y cada vez, se exigirá una mayor garantía para su compra, es decir, un mayor pago de interés, debido a la acumulación de deuda soberana.
En este aspecto, los intereses se están disparando y cada vez, colocarla en los mercados, costará un poco más, para que sea atractiva al inversor, si no, se hace, nadie se atreverá a adquirir la deuda española y se decantará por otra, con más garantía, como puede ser algún país europeo y cercano al nuestro, con un mejor saneamiento en sus cuentas públicas.