Estudiantes en el Parlamento

A principios de junio el Parlamento gallego acogió un pleno de unos cincuenta escolares en una sesión extraordinaria promovida por la Campaña Mundial por la Educación en Galicia (CME) que apoyan ONG, sindicatos, centros escolares y diferentes movimientos sociales para reivindicar los compromisos internacionales firmados por los Estados “para garantizar el acceso a la formación pública y de calidad de todas las personas del mundo”.


De este encuentro hay que destacar dos intervenciones. La primera fue la alocución del presidente del Parlamento que reivindicó la educación cómo en un factor clave en el desarrollo y progreso de la sociedad. La educación, dijo Santalices, es “la principal  palanca eficaz para el desarrollo económico y social y para la mejora del bienestar de cualquier pueblo”.


El presidente recordó a los escolares que a pesar de que en el primer mundo las necesidades educativas están razonablemente cubiertas, no sucede los mismo en los países menos desarrollados, donde en muchos casos ir la escuela es un lujo al alcance de unos pocos.


Eso también lo vivimos en Galicia cuando la educación no estaba al alcance de todos, señaló Santalices. En este sentido les recordó que hasta bien entrado el siglo pasado en Galicia funcionaron las llamadas escuelas del ferrado o que a mediados del siglo XIX la Universidad de Santiago contaba con alrededor de 400 alumnos.


Los avances de la Galicia actual que ellos conocen son consecuencia del proceso de desarrollo de las últimas décadas que se sustenta sobre dos realidades: la “consolidación de la democracia” y el autogobierno que “apostó decididamente por la educación pública, universal y gratuita, que cambió radicalmente, siempre para mejor, la cara de la vieja Gallaecia”. La intervención del presidente del Parlamento fue toda una lección práctica para los estudiantes.


Por su parte, los escolares hablaron ante representantes de las distintas fuerzas políticas con representación parlamentaria y advirtieron sobre los discursos de odio en los centros educativos, así como la importancia de concienciar a toda la sociedad para actuar ante este problema. Y plantearon demandas, entre las que destacan la necesidad de habilitar programas de sensibilización a la diversidad desde edades tempranas, la atención formativa a los docentes, la constitución de equipos de mediación así como la importancia de la formación para un uso responsable y seguro de las redes sociales.


Los “jóvenes parlamentarios” procedían de centros públicos de Monfero, Mazaricos y Riós y de los  Maristas de Lugo. Escuchar sus peticiones preparadas en talleres y actividades de sensibilización con la ayuda de profesorado y equipo técnico gallego de la CME, es una delicia.  Sus intervenciones son lúcidas y las demandas tan razonables que deben ser escuchadas. Por ser ejemplos de coherencia.

Estudiantes en el Parlamento

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