Desde el pasado 24 de junio, los trabajadores de la empresa destinada a la recogida de los deshechos de la ciudad coruñesa se hallan en huelga, si bien no lo hacen de una forma continuada sino intermitente. Es un problema para la sociedad civil, un problema que nunca debe afectar al ciudadano de forma individual o colectiva ya que paga éste sus impuestos, entre ellos el de la recogida de basuras.

El caso es que el sindicato STL exige que se cumpla el pliego de condiciones de la concesionaria. Ello es interpretativo. El Ayuntamiento debe ser el responsable de solucionar el entuerto y no echar los balones fuera, como si el asunto no fuese cosa suya y en parte también su responsabilidad, pues ha de hacer valer el cumplimiento de lo suscrito y su posición pública de damnificado en nombre de los vecinos, que son los que soportan los inconvenientes de esta huelga. El Ayuntamiento tiene la obligación ante sus ciudadanos de solucionar este asunto de forma rápida y contundente.

Las calles están que dan asco por la cantidad de basura acumulada y la que se está amontonando, tanto de bolsas, como de papel y cartón, así como otros efectos que se van dejando. La montaña sigue creciendo sin que el Gobierno local tome en consideración la situación a que se está llegando, que es de un punto límite en el aspecto sanitario y en cuanto a peligrosidad, puesto que se pueden causar incendios intencionados sobre los montones de basuras, papel y cartón.

Nadie puede ni debe tomar por rehén a la ciudadanía debido a un problema entre partes, las que tienen y deben solucionar el litigio creado por ellos mismos, que no por el ciudadano. Esta situación altera el modo de vida de éste y también atenta contra su salud y su economía, en caso de tener algún negocio. Muchos vecinos tienen que soportar los obstáculos en el acceso a sus viviendas y se ven obligados a aguantar durante las 24 horas olores insoportables, que posiblemente no sea el caso de las tres partes que se muestran inactivas en la solución de un grave problema que afecta a toda la ciudad.

Además de estos inconvenientes, está la pésima imagen que se observa por el turista que nos visita en estas fechas veraniegas, en las que el calor aprieta y la putrefacción de los residuos puede ocasionar un foco importante de enfermedades en algunos casos, según el grado de contaminación a que están sometidos los vecinos.

El Ayuntamiento coruñés, con su alcaldesa al frente, tiene y debe actuar con todo rigor, con la ley en la mano, para que se cumpla y haga cumplir, como máxima responsable de la defensa de la ciudad que es, electa para desempeñar su papel al frente del Municipio, para garantizar el bienestar y seguridad de los ciudadanos que representa. Si no, todos tenemos un problema, unos más que otros.