Estoy convencido de que nuestros gobernantes viven una realidad paralela ajena a la de los ciudadanos mortales o del “común” como les gusta decir a los de la “sanchosfera”. De no ser así solo una maldad infinita podría orientar sus actos para complicarnos la vida como lo están haciendo. La ciudadanía vive preocupada por su día a día, por los precios, por el trabajo, por pagar recibos e impuestos que ya están instalados en lo insoportable y, todo ello, desde la paz social y con una resiliencia que algunos confunden con resignación. Los escándalos que nos desestabilizan no vienen de revoluciones ciudadanas ¡que va!, vienen de los líos que los políticos montan y que nos estallan en la cara a los ciudadanos quienes, sin comerlo ni beberlo, tenemos un sufrimiento añadido que nos dificulta nuestra vida cotidiana. Dos guerras en el mundo que suman cientos de miles de muertos y que nos presentan imágenes diarias que nos carcomen por dentro. Un gobierno Frankenstein que nos somete a chantajes emocionales que previamente nos envía Puigdemont desde su huida a Waterloo, escándalos de corrupción que tienen su sede en ministerios y gobiernos autonómicos, una lucha entre poderes porque al ejecutivo no le gusta el judicial y la separación de poderes ha quedado para su lectura en libros de historia.
Pero cuando piensan dejarnos en paz, cuando van a empatizar con nuestros problemas y darles solución y dejarán de crearnos nuevos problemas cada día. Hemos llegado a tal extremo que todos sabemos que el débil gobierno de Sánchez se mantiene cuando su situación es insostenible y, entonces, ¿por qué no cae?
Pues no cae, ni va a caer, porque todos y cada uno de los apoyos parlamentarios del PSOE, necesitan a Sánchez en el gobierno y, a su vez, Sánchez, que ya adivina su final, quiere aguantarse en el poder porque puede intentar minimizar los daños que le afectan. Veamos, Yolanda sin Sánchez no es nadie como quedó claro en Galicia, su tierra natal en donde la no votó ni el “tato”. Esquerra Republicana mantiene su gobierno en Cataluña por la muleta del Psoe, que acaba de aprobarle sus presupuestos esperando los presupuestos del estado para recibir el pago correspondiente.
Puigdemont tiene en Sánchez a su máximo defensor, dispuesto a hacer constitucional lo inconstitucional y a dibujar caricaturas del terrorismo para que quepan todos en la amnistía a medida que les preparan desde Moncloa. Esta es una foto fija del momento que vivimos y que no va a variar en los próximos meses, quizá todo vaya a peor, depende de que Ábalos se sienta bien tratado o no, al fin y al cabo, el solo nombró asesor a un portero de puticlub y lo ascendió a consejero de empresas del estado, una tontería vamos.
De verdad que cuento los días para que lleguen las elecciones europeas porque ahí, con circunscripción única, vamos a poder tomar el pulso a la ciudadanía española y si Sánchez no recibe un severo castigo democrático en las urnas, entonces nuestro problema es mucho más grave de lo que cabía esperar. Recuerden, si te engañan una vez, la culpa es de quien te engaña, pero si te engañan doscientas veces… no busques culpables, mírate al espejo.