¿Cuánto va a durar la guerra? Es la pregunta que se hacen no solo los sufridos ciudadanos de Ucrania sino también el resto de los ciudadanos europeos, incluidos, creo yo, los rusos.
Y claro, nadie tiene la respuesta, por más que se señale el 9 de mayo como una fecha fetiche en el imaginario de Vladimir Putin para poder presentarse ante su país como el gran vencedor de la contienda.
No soy una experta en cuestiones militares por tanto sería una estupidez por mi parte especular sobre la duración y el resultado del conflicto bélico sobre todo porque si algo abunda estos días es la desinformación. Sí, nos intoxican desde todas partes, y nada es fiable salvo lo que nos cuentan los periodistas que jugándose la vida están en primera línea en los distintos frentes. Lo que sabemos o creemos saber es que Vladimir Putin no ha logrado sus objetivos al invadir Ucrania. Los expertos aseguran que a Putin le ha fallado la información. Y seguramente también ha pecado de soberbia. En cuanto a Ucrania, su apuesta por ser parte de la Unión Europea y de la OTAN es algo que ya venía fraguando y la prueba es que cuenta con un Ejército bien preparado además de con material bélico de primera y con la ayuda inestimable de la inteligencia occidental. Es decir, que afortunadamente no están al albur de la fuerza desplegada por Rusia sino que Ucrania es un país que contaba con ciertos recursos para hacer frente a una agresión. Si a eso se añade que los países europeos y Estados Unidos se están volcando con la ayuda militar, el resultado de la guerra es todavía más incierto.
A todo esto hay que añadir que el presidente ucranio, Volodomir Zelenski, está demostrando ser un político duro de roer: no sé como sería como actor, pero desde luego el papel de Presidente en la vida real, lo borda. Sus intervenciones telemáticas en los parlamentos europeos y en el Congreso de Estados Unidos, perfectamente medidas, han sabido tocar el corazón de quienes le escuchaban al comparar la situación de Ucrania con distintos acontecimientos trágicos vividos en el pasado por cada país. En el caso de España con el bombardeo de Guernica. Sin duda, Zelenski está demostrando valor, inteligencia y una gran capacidad de resistencia ganándose el respeto ,la admiración y el afecto de sus compatriotas y desde luego de la mayoría de los países occidentales. Pero vuelvo a la pregunta del principio y añado otra más: ¿Cuánto durará la guerra? y ¿Quién ganará?
En realidad, ni Estados Unidos ni Occidente se pueden permitir perder esta guerra, pero Vladimir Putin tampoco, lo que por tanto hace más imprevisible el final. Pero mientras el tiempo pasa la guerra va dejando un rastro de brutalidad en las imágenes de las víctimas, pero también por el dolor y la tragedia a la que se enfrentan los que huyen intentando salvar sus vidas.
Por eso creo que no están de más, amén de ayudar militarmente a Ucrania en cuanto necesite y de castigar severamente a Rusia con los embargos, las gestiones del Presidente Macron y de otros líderes políticos intentando buscar una solución al conflicto. Por decirlo claramente, tiene que haber espacio para que la política y la diplomacia busquen también una salida a esta guerra terrible desatada por Vladimir Putin contra Ucrania.