Comienza de nuevo el baile político y seguimos con la misma música y la misma cantinela. El disco rayado no tiene otra letra que la de Sánchez bailando y sus parejas, por turno y haciendo cola para cobrar por cada pieza antes de cada vals. Nada se saldrá del guion ni nadie romperá la cuerda.
Por una muy sencilla razón. Las “novias” --Otegui, Junqueras, Puigdemont, Ortuzar y ahora Iglesias-- saben que no tendrán novio mejor, ni mas dócil a sus requerimientos. De hecho no tienen otro con el que pudieran medrar de la manera que lo están haciendo. Son unas verdaderas mantenidas y sin él estarían en la indigencia política. Que es donde están la mayoría electoralmente y algunos judicialmente si la ambición de Pedro no se hubiera colocado por encima de todas las cosas.
Saben además y lo tienen muy comprobado que la chulería del galán, que va marcando paquete por todos los lados, se transforma en rodillazo y pronto pago en cuanto está con ellas. Ellos mismos lo han dicho y reiterado, nunca en cuarenta años habían ni soñado conseguir lo que han logrado de él en tan solo unos meses. Les entrega gustosamente todo cuanto le exijan. Porque además él no paga. Quienes pagamos en dinero y derechos somos nosotros. Es la Nación y la ciudadanía quien corre con los gastos. Él y su banda disfrutan y exhiben el poder y sus prebendas sin recato alguno. ¿Que es ir de una indignidad a otra aún mayor? ¿Y quien es esa señora ni que importancia tiene?. Para eso están las salas de maquillaje y las bandadas de papagayos que propalarán por todos los cielos la bondades del caudillo.
Esto va a ir así todo el año y los que vienen. Están unidos por el amor más fuerte: el interés y el poder. Es el propio chantajeado quien acude al chantajeador para ofrecerse al chantaje. Habrá, claro, tiras y aflojas en los pagos, pero en realidad no son más que regateos. Todos saben en que acaba y que no para de ser una pura pantomina y juegos malabares. El presidente rampante es en realidad un títere suyo y así lo seguirá siendo. Solo cuando la legislatura esté ya madura es cuando podrá esperarse el nuevo sainete, el de la ruptura. Otra farsa.
Si de nuevo les dan las cuentas volverán a hacer lo mismo. Ni lo duden.