Anda España alborotada por el beso de Rubiales. Es portada de todos los medios de comunicación y la comidilla en las barras de los bares. Es verdad, un maleducado ha tenido una actitud inapropiada propia de un asilvestrado inconsciente que ha llegado demasiado alto sin la formación necesaria, sin una mínima educación de base.
El personaje ya tuvo otras actitudes vergonzantes que bien hubieran debido costarle el cargo pero que sus amigos del gobierno dejaron pasar sin mayor transcendencia. Al calor de la polémica se apresuraron algunas ministras de Sánchez a lapidar al ineducado presidente federativo llegando a presentar denuncias contra el por “el beso” robado mostrando su genio feminista que, al final, es como el Guadiana, aparece y desaparece en función de las circunstancias. Irene Montero, ministra de igualdad denunció que estas cosas ya no se consienten en España gracias a ella, esta ministra, la que impuso su ley del “solo sí es sí” que liberó a cientos de acosadores y delincuentes sexuales y que sigue liberando a violadores se escandaliza por “el beso” pero no muestra ni arrepentimiento por su bodrio de ley que tanto favor le hizo a los delincuentes. A ella no la denunció nadie e incluso otra ministra, Yolanda Díaz aplaudió esa ley como “progresista” pero aprovechó el hecho para apuñalar por la espalda a su compañera de gobierno. Menestra de ministras y en medio del jolgorio los españoles centraron su atención en el tal Rubiales para olvidarse del precio de las cosas, de las negociaciones de Sánchez con el fugado Puigdemont, de los acuerdos con los herederos de ETA o de las cesiones económicas a la Generalidad de Cataluña para amarrar los votos en la investidura que Sánchez pretende. Todo esto pasó a un segundo plano para centrarnos en el “beso”.
Dicen los más viejos del país que Franco montaba partidos de fútbol para despistar a los españoles cuando había alguna crisis que no le convenía al gobierno, ahora lo que hace Sánchez y sus ministras es arruinar los éxitos de la selección femenina campeona del mundo poniendo el foco en otra cosa para entretener al respetable y mantenerlo despistado mientras el tiempo corre, se supone que, a favor del gobierno, para conformar el “Frankenstein XX Plus”. Así los españoles que aún no nos repusimos del todo de la pandemia ni de las sucesivas crisis económicas ni de la destrucción de la clase media empobrecida, nos centramos en este nuevo modelo de prensa rosa que en nada mejora nuestras vidas, pero nos entretiene. Pan y circo decían en Roma, tontos de bote decimos en el suelo patrio, nos estamos comportando como manada de borregos que, entre subvenciones, paguitas y bonos culturales para los jóvenes y sus juguetes, asistimos como meros espectadores a la destrucción de todo lo importante. Los acuerdos con Bildu, Esquerra y Puigdemont son la antesala de desastres que nos afectarán a todos, que destruirán la Constitución y la unidad de España y que empobrecerán a una inmensa mayoría de españoles para satisfacer a Cataluña y al País Vasco, a los separatistas catalanes o al brazo político de ETA. Ya solo falta que las emisoras de radio afectas al gobierno sanchista pongan como numero uno en las listas musicales aquella canción que decía: “la española cuando besa es que besa de verdad” y no me extrañaría ver al propio Rubiales interpretándola en la Sexta al lado de Wyoming.