La semana de la Virgen de agosto, que pasa por ser la madre de todas las fiestas, cursaba con días sosegados sin más noticias que comentar que la masiva salida hacia el mar, la montaña o hacia las aldeas. Sin embargo, este año fue una semana muy “generosa” en informaciones, todas de difícil asimilación para el ciudadano y con repercusiones en la vida del país. Sin pretender jerarquizarlas, ahí va una pequeña selección de las más llamativas.
-Los ataques del ministro de Transportes al Tribunal Supremo por no aplicar la amnistía y la obscena ostentación que hizo del control del Gobierno sobre el Tribunal Constitucional. Mientras fustiga y pone deberes a los jueces, el ministro hace dejación de funciones y elude su responsabilidad en el caos ferroviario de las últimas semanas.
-La primera visita institucional del president Illa fue al cuartel general de los Mossos, se supone que para ‘felicitarles’ por dejar escapar a Puigdemont con tanta elegancia. Antes, la rueda de prensa del conseller de Seguridad, Ignasi Elena, y del comisario jefe de los Mossos, Eduard Sallent, para ‘explicar’ la huida del prófugo fue una explicación surrealista. Es curioso que Illa les pida que se alejen de la política mientras recupera al ex mayor Trapero para dirigir la formación.
-Surrealista es también la respuesta del ministro del Interior al juez Marchena en la que admite que no hizo nada para evitar la fuga y elude responsabilidades en la segunda escapada del prófugo. El señor Marlaska es un personaje abrasado, con poca dignidad, y huye hacia adelante sin dar explicaciones creíbles. Recuerden el caso de Pérez de los Cobos o la tragedia de Melilla.
-El fraude electoral de Venezuela, que ahora deviene en persecución política y represión violenta con el balance dramático de más de veinte muertos, más de 2.000 detenidos entre los que hay un centenar de menores, desapariciones forzosas… Son las armas crueles del dictador.
-Con este panorama, sigue el silencio cómplice del Zapatero, consejero áulico del Gobierno de España y de Maduro. Por eso la defensa del ministro de Exteriores de la postura tibia del Gobierno de España con el régimen de Venezuela y del papel que desempeñó el ex presidente Zapatero ofende e indigna, traiciona los valores democráticos y es una puñalada al pueblo venezolano. Las elecciones libres, señor Albares, son el hecho sustantivo de la democracia y el fraude no es de derechas ni de izquierdas, simplemente atenta contra la esencia de la democracia misma.
-El acuerdo con ERC para la investidura de Illa que tiene repercusiones nacionales. La financiación singular representa la “apoteosis de la desigualdad” y la ruptura de la solidaridad entre comunidades y regiones. En ese acuerdo figura también la inmersión en la lengua catalana y el desprecio y postergación de la lengua castellana, que merece otro comentario.