Sí, me lo puedo creer

Debe ser que he recuperado la fe, porque ya me lo creo casi todo. Por ejemplo, me dicen que José Luis Rodriguez Zapatero esta mediando entre el Papa y San Pedro, sobre un posible encuentro en el futuro, y tendría alguna duda, pero serían escasos segundos, porque está demostrado que el Gran Mediador de Casi Todo es Zapatero.


Tanto es así que parece que comentan, en la Real Academia de la Lengua, modernizar el antiguo refrán “zapatero a tus zapatos” por el de “Zapatero a tus intermediaciones”.


Zapatero está intermediando, desde hace mucho tiempo, entre Venezuela y los intereses españoles. Dicen que hay años en que se ha hecho docena y media de viajes, Madrid-Caracas, ida y vuelta, lo que aumenta mi admiración. Como la familia que negocia unida permanece unida, la empresa de sus dos hijas tiene muy buenas relaciones comerciales con Venezuela. También tuvieron como cliente a Huawei, la empresa china de tecnología y comunicación, cuyo entusiasmo de expansión le llevó, al parecer, a intentar, o lograr, corromper a varios eurodiputados.


Naturalmente, Zapatero tiene tan buenas relaciones con China que parece que ha sido el intermediario para este viaje de Pedro I, El Mentiroso al gran país asiático, espejo de las dictaduras envueltas con celofán capitalista. De todas formas, las dos formidables empresarias han quitado de la lista de clientes a Huawei, porque ya se sabe lo mal pensada que es la gente en España, que enseguida lanza un bulo, no como Pedro I, El Mentiroso, que puede cambiar de opinión, pero siempre de acuerdo con sus cambiantes principios.
Lo de los chinos es difícil, pero parece que por consejo de Zapatero, Pedro I, El Mentiroso, ya dio la cara por China en la Unión Europea, y abogó para que no se les pusieran aranceles a los coches eléctricos chinos, cosa que asombró a estos europeos, que no conocen a José Luis Rodriguez Zapatero.


Recuerdo, en vísperas de su retirada, cuando nos informó que se iba a dedicar a contemplar las nubes y su paso por el cielo. Pero ese mediador, o intermediario, que lleva dentro, no le deja descansar. 
Su próximo reto es mediar con El Prófugo, que quiere pasar las vacaciones en una playa catalana, sin que le detengan. Y, cuando me digan que han visto al Prófugo paseando por una playa de Calella, me lo creeré. Será obra del Gran Mediador en Casi todo.  

Sí, me lo puedo creer

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