Sin duda fue la noticia de la semana, quizá de la legislatura, Aldama tiró de la manta descubriéndose los pies y eso le da una pátina de verosimilitud a lo que confesó. Porque no es lo mismo poner el ventilador acusando a otros que auto inculparse de delitos incluyendo en su relato a los “socios” necesarios para poder cometerlos. No cabe en cabeza humana mínimamente ordenada que un juez como Pedraz y un fiscal acreditado pongan a un presunto delincuente en libertad solo por sus declaraciones en sede judicial, doy por hecho que Aldama ofreció pruebas y se comprometió a entregar otras que respalden sus gravísimas afirmaciones contra el gobierno de Sánchez. Alguien abrió las puertas del poder a Aldama, lo que le permitió organizar un viaje de la vicepresidenta de Venezuela a España y acompañar a un ministro a recibirla al aeropuerto de Barajas, subir con él a un avión y mantener una reunión de cinco horas. Alguien facilitó el acceso de Aldama y su sociedad Soluciones de Gestión para vender mascarillas a diversas instituciones gobernadas por los socialistas, alguien autorizó a Aldama a moverse por los ministerios como Perico por su casa, alguien aceptó a este individuo como interlocutor válido con Air Europa para negociar el rescate millonario, alguien le dio acceso también al jefe de gabinete de la ministra de hacienda para paralizar un embargo que pesaba sobre él. ¿Quién y por qué dio carta de naturaleza a este hombre en los aledaños del poder? Toda la fortuna de Aldama se hizo al amparo del gobierno español, sin él, Aldama no podría haberse forrado como lo hizo. ¿En base a qué? ¿Porque era guapo? No se lo cree nadie. Curiosamente en su declaración, Aldama señala a personas concretas como perceptores de “sobres” con importantes sumas de dinero, sin embargo, es el partido socialista el que anuncia que se querellará contra él. ¿Por qué el partido hace suya la causa en lugar de actuar como actuó con Ábalos? Los aludidos se apresuraron a decir que el acusador no tiene credibilidad, la que sí debía de tener cuando se le encargaban gestiones y trabajos. Tanto que dice haber tenido reuniones con Begoña Gómez y con Teresa Rivera para hablar de “planes para la España vaciada”, ya me dirán ustedes. Aldama no es alguien que pasaba por allí, no, tenía otro estatus sobre las alfombras rojas del gobierno. Claro que los aludidos salieron a los medios rápido para llamar mentiroso a Aldama, no conozco ningún caso de corrupción en el que los implicados reconocieran su culpa. Miren ustedes, el hartazgo de los españoles ya no puede crecer más, en el peor momento, cuando todos estamos pendientes de los pobres valencianos que no acaban de ver la luz al final del túnel, la declaración de Aldama viene a empeorarlo todo. La mayoría Frankenstein que sostiene a Sánchez hace aguas y ya sabemos que no es una mayoría progresista, ni mucho menos, solo les une el deseo de que no gobierne la derecha y esto es curioso porque Sánchez acaba de acordar con la extrema derecha de Orban y Meloni repartirse el poder en Europa. De creador del “cinturón sanitario” a la extrema derecha, a cogerse del brazo con ella para lograr su vicepresidenta europea, vamos a lo Groucho Marx, Sánchez tiene unos principios, pero si no le van bien, tiene otros. Puede ser que sea verdad que Sánchez esté dispuesto a todo para seguir en la Moncloa y acabar la legislatura alocada que padecemos. Es cuestión de tiempo, les recuerdo que la orquesta del Titanic seguía tocando mientras el barco se hundía, lo que me cuesta entender es que los militantes socialistas aplaudan mientras su “barco” se va a pique.