Es una de las palabras que más se echa en falta, en la situación política española, donde sobra la desfachatez, la ideología, el partidismo, el odio permanente, tanto de las formas como de los modos, el despotismo personal e institucional, de aquellos que dirigen la política, sin un rumbo fijo o diáfano, sino, de aguas turbias y embarradas en el lodo personal de cada cual. Todo ello, sobra en abundancia, falta la sensatez, en todos ellos. España y los españoles, no se merecen este barruntamiento tan espeso, el que, no deja ver, la realidad diaria a sus ciudadanos, y les supera todo lo preciso, en su andar diario.

A los políticos, les en falta ésta sensatez, están llevando al país, a un colapso dialéctico general y no, por sus buenas formas, el ciudadano está llegando al punto, de no saber que hacer con su voto, hasta ver algo de claridad en el panorama político y sobre todo sensatez política, entre esta clase. A la que le sobra ideología, faltan, formas y maneras, para solucionar los problemas de sus ciudadanos.

Los conflictos políticos internos van en aumento, cada día, hay algo nuevo, para dejar de hablar del anterior y enfocar la línea en lo nuevo, aunque el viejo siga latente y sin solución, así es a diario, un cúmulo de despropósitos, que aumenta la insatisfacción de los ciudadanos. Falta de sensatez, y los problemas no se resuelven solos por su dejadez. Mientras el sensato ciudadano, ve como todo sigue igual de mal, en su entorno y empeoran más cada día, pese a la complacencia gubernamental, que todo va sobre ruedas. Un efecto de propaganda que no tiene límites.

No se debe usar la arana de una forma tan descarada, como se hace, el planteamiento, debe ser limpio en sus modos y formas. Está claro que a estas alturas, tenemos un país descompuesto políticamente y no hay manera, de que se entiendan entre ellos, les ampara la ambición, más que la sensatez, por el bien de todos los españoles.

Esto seguirá igual de mal y quizás empeore, por la política que se sigue.

El presidente tomó la delantera y camina con aire autoritario, mientras los problemas crecen a diario, a la misma velocidad que lleva el presidente, en sus actuaciones en el ámbito doméstico y también en el internacional. Se le está yendo de las manos el proyecto, llamado España. Además se está internando en terrenos enfangados que, cubre a todo el mundo de lodo, tanto en España como en el exterior, los conflictos, no le van a la zaga, por falta de sensatez política, que es, lo que hace falta, a este país y a sus ciudadanos. 

Saber en cada momento comportarse como es debido en el terreno de las relaciones interiores y exteriores, es, algo que se nota en falta a diario.