Sobre el trabajo y la cuantía del amor

Cuánto es Demasiada Felicidad. Cómo la medimos. Como el amor, ¿no es la felicidad una ecuación irresoluble? Puede que lo seamos, nosotras, mujeres, más exigentes con ambos términos: felicidad, amor. Con las emociones, en general, somos algo más que superhéroes.
 

«Cuando un hombre sale de una habitación deja todo detrás, cuando una mujer lo hace lleva todo lo ocurrido en esa habitación con ella». Palabras en boca de Sofía, uno de los personajes que pueblan los cuentos de Alice Munro. La primera vez que la escritora canadiense apareció reseñada en un medio de comunicación, The Vancouver Sun, tenía 30 años. El periódico la retrató atractiva y con sus dos hijas pequeñas, bajo este titular: «Ama de casa encuentra tiempo para escribir relatos». Cuentos. Como si escribir relatos mermara la autoridad del libro, como si la autora se quedara a las puertas de la literatura en lugar de encontrarse acomodada dentro. Y qué cuentos. En el año 2013, por fin, le fue otorgado el Premio Nobel de la Literatura.
 

Supongo que hoy debería estar escribiendo sobre el Día del Trabajador, miles de ciudadanos en ciudades de medio mundo ocupan las calles de las principales capitales. Se hablará de pensiones, de precariedad laboral, de desempleo, de paro juvenil, de brecha salarial; habrá fotos, muchas, discursos, más. Iba a recordarte que hoy debería ser una jornada de lucha reivindicativa y de homenaje a los Mártires de Chicago, sindicalistas ejecutados en Estados Unidos por participar en las protestas de lucha por una jornada laboral de ocho horas; iba a hablarte de la Revuelta de Haymarket, pero casi todos los medios se hacen hoy eco de la historia. Que el trabajo dignifica al hombre, ya lo anunció en el siglo XIX el filósofo Karl Marx. Hace tiempo que reformulamos esa afirmación: el trabajo dignifica a las personas. 
 

Ama de casa que en su tiempo libre escribe. Escritora. Todavía hoy tengo que defender, reivindicar, mi trabajo. ¿Por qué resultará tan fácil decir soy ingeniero, peluquero, abogado, taxista? ¿Por qué resultará tan difícil decir que soy escritora? Fácil es decir que soy autónoma, dificilísimo serlo. Por favor, ¡hablen de los autónomos! En fin, no voy a escribir de este día, porque vengo de vuelta de una boda, y me es más fácil hablar de amor. O eso creía. Me tocó hacer el brindis, decirles a los novios que no ansíen lo excepcional, eso es para los amores pasajeros. En los amores profundos lo que se requiere es tiempo para compartir la cotidianeidad: son las cosas de todos los días, trabajadas con amor, las que se vuelven extraordinarias.
Feliz día, del trabajo. Del amor. Feliz día.

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