Desde siempre se ha dicho que la soledad es muy mala compañera. Que las personas no deben permanecer solas para afrontar los últimos años que les queden de vida. Pero esto que es una realidad, palmaria y total, sigue siendo una constante a la hora de enfrenarnos a los problemas que padecen los mayores, sobre todo los que viven en soledad no deseada. Se trata de una sensación que experimentan los humanos, siendo estas situaciones una triste realidad.
El modo de afrontar la soledad basándose en una actitud como reto social, sirvió como palanca para mover a un importante número de agentes, voluntarios y técnicos, de Cáritas para recordarles a las personas que “No están solas”.
La motivación y la importancia del tema hizo que muchos se dieran cita en la Casa de Ejercicios de Santiago, para reflexionar sobre la vivencia de la soledad, especialmente en las personas mayores. Así, poniendo el foco en este sentimiento de soledad no deseada, se trataron de aportar claves para comprender cómo se produce, de dónde surge y cómo la viven las personas que la padecen.
Cuatro especialistas en diferentes materias pero con el nexo de la soledad no deseada que se acrecienta en los mayores, fueron los encargados de presentar las aportaciones que giraron sobre la soledad no escogida con la aparición de signos saludables, el paradigma de la revinculación, la atención socio comunitaria y el mundo de los nadies.
Entrando en el último de los temas, Fernando Vidal de la Universidad Pontificia de Comillas, se centró en la soledad y el abandono en el presente siglo, señalando de forma contundente que las personas que conocemos como los nadies, fundamentalmente los sin techo, podemos encontrarlos en cualquier lugar.
En las claves de actuación quedó constancia de que es necesario avanzar hacia una comunidad y una sociedad que sitúe en el centro el cuidado a las personas .Se hizo hincapié en que la soledad también se da entre la adolescencia. Que los individuos tiene la necesidad de comunicarse con otros y no percibir carencias en sus relaciones sociales. Se incidió en que es necesario el acompañamiento en situaciones de vulnerabilidad tanto económica como relacional.
Es necesario conocer las claves para comprender en toda su extensión y magnitud como se produce, de donde surge, y como viven las personas que la padecen. Por ello se debe trabajar desde el modelo de acción social para poder estar y actuar con las personas que la sufren para darles cauces de esperanza. Se trata de una actuación basada en el acompañamiento ofreciendo apoyo en situaciones de emergencia para que las personas puedan ser autónomas.
Quedó claro que cada vez son más necesarios los programas de acompañamiento a personas mayores, por lo que se hizo un llamamiento, que comparto en totalidad, en la necesidad de cuidar y acompañar y dotarlos de recursos necesarios para poder desarrollar la misión encomendada. La soledad no deseada pueda presentarse en cualquier momento sin avisarnos, sin darnos cuenta, y dejando siempre claro de que es una compañera mala y peligrosa en todo momento.