“Y vendrán las migraciones…”

Tomo prestado el título de este comentario del libro “Y vendrán… las migraciones en tiempos hostiles” (Planeta, 2006), en el que el profesor Sami Naïr estudia el problema de las nuevas migraciones: causas que las originan, rechazo y prejuicios que generan, las dificultades de integración… y, ante las oleadas migratorias aboga por “una gestión basada en desarrollo de la movilidad organizada, en lugar del caos de la inmigración ilegal”. 


Esta es la clave, gestión organizada de la movilidad. Que llegue de forma segura y ordenada una inmigración beneficiosa para el occidente desarrollado. Para canalizar el flujo migratorio hay que actuar en origen con un plan de acción pactado con los gobiernos de los países de África de donde parten la mayoría de las pateras. Claro que ese plan no se improvisa, requiere políticas de codesarrollo que necesitan tiempo y mucho dinero. Así actuó Giorgia Meloni y redujo un 62% la llegada de inmigrantes irregulares a Italia.   
Seguro que este fue el objetivo del viaje del presidente a Mauritania, Senegal y Gambia, principales “exportadores” de inmigrantes ilegales. No se puede dudar de su buena voluntad, pero debería tener en cuenta que en esos países actúan las mafias nacidas al amparo de regímenes corruptos. Por eso, presiento que este viaje dio grandes titulares, pero no impedirá la llegada masiva de pateras a España. 


De hecho, mientras él estaba en África llegaron a El Hierro 1.356 inmigrantes y hay que recordar que en febrero viajó con Úrsula von der Leyen a Mauritania, entregaron 500 millones y los resultados están a la vista: se multiplicaron las pateras procedentes de ese país. Tampoco da resultados la peculiar relación con Marruecos que empeora la situación de Ceuta, asfixiada por la presión migratoria. 


La mayoría de los analistas -y el sentido común- dicen que ningún gobierno puede encontrar la solución en solitario a este problema, complejo y poliédrico, que necesita de la implicación de la Unión Europea, debe ser debatido en el Congreso y necesita un gran pacto nacional. 


Pero el Gobierno, no quiere molestar a sus socios nacionalistas que pretenden controlar la inmigración para “proteger su identidad” y tampoco llama al jefe de la oposición y presidente del Partido Popular que gobierna la mayoría de las Autonomías para consensuar estrategias y políticas sobre la inmigración. Se limitan a insultarlo calificándolo de xenófobo. 


Lo cierto es que España no puede seguir viendo llegar oleadas de inmigrantes sin otra política que repartirlos entre las autonomías, actitud pasiva que revela falta de ideas del Gobierno o falta de voluntad política para hacer frente a esta crisis migratoria y humanitaria, el problema más contundente de España ahora.


Tampoco se conoce un plan de acción para los jóvenes africanos que ya están en   España. Esto merece otro comentario.

“Y vendrán las migraciones…”

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