En medio del follón, con “nuestro” Feijóo llenando las primeras páginas de los periódicos desde Fisterra hasta Gibraltar, los “peperos” se van alineando en esa batalla cainita entre Ayuso y Casado, mientras la oposición se frota las manos y el público en general espera el desenlace del culebrón que no es más que un capítulo del libro de estilo ¿? de los populares.
Es por lo menos curioso que parte de la militancia s manifestara en favor de Ayuso a la que el partido abrió un expediente y, no es menos curioso que desde el núcleo duro del PP, con Ejea moviendo los hilos, se acuse de corrupción a alguien de la casa. Y claro, lo pagó. Y como siempre pasa en esas cosas se dimite… un poquito.
Al parecer será el lunes cuando los “peperos” en reunión se deshacen de los cadáveres sin entierro y buscan la resurrección y el cielo electoral. Este tránsito se lo quieren encomendar a Feijóo que ha dicho una de sus frases lapidarías; si hay que ir, se va. Por lo que se escucha la oposición le pone puente de plata y así de paso, se libra de un duro adversario
Pueden cambiar de sede –eso prometieron– pero no de mañas. Es una lucha por el poder pero esta vez con un ingrediente muy conocido en ese partido: la corrupción. Ahora la “víctima” es Ayuso a través de su hermano y antes fue Bárcenas gracias a la rotura a martillazos de un ordenador que guardaba en Génova toda la morralla.
Pero no hay forma de tapar tamaño agujero: ahora es Almería donde la Policía detecta pagos al PP de la empresa concesionaria de un polideportivo. Dinero, dice la Unidad contra la Delincuencia Económica y Fiscal que se usó para financiar campañas electorales.
Dicen ahora los politólogos que el PP se desangra y que pagará sus pecados con una larga penitencia en la oposición. La doble caída de Casado y Egea puede ser un cambio de estilo y si es cierto que Feijóo toma el relevo, puede abrirse una nueva etapa.
Y todo esto tiene otro espectáculo: el hueco que deje el PP lo llena la extrema derecha que estos días ya anunció tomar la bandera de los populares para plantar la suya. Vista a la derecha que aún hay mucha tela por cortar.