Lo que tenían que ser unas vacaciones para coger aire y continuar, hizo que la vida se frenase en seco. Esta es la historia de Marta Felpete. En marzo del 2022, a sus 32 años y estando de vacaciones en Tenerife con su pareja y la hija de ambos, le diagnosticaron leucemia mieloide aguda. La leucemia es un tipo de cáncer en la sangre que comienza en la médula ósea, el tejido blando que se encuentra en el centro de los huesos, donde se forman las células sanguíneas.
“Yo llevaba unas semanas encontrándome mal, tuve infección de orina, infección de garganta…y si que es cierto que me encontraba muy cansada, no podía conmigo. Pero también acababa de fallecer de cáncer uno de los amigos Borja, mi pareja, y estaba siendo un momento complicado. Fui a urgencias en A Coruña pero nunca llegaron a hacerme una analítica. En este tipo de enfermedades, si me la hubiesen hecho, ya hubiesen detectado que algo estaba funcionando mal. Habíamos pensado en no irnos de vacaciones, llegamos incluso a cancelar el hotel, pero en el último momento decidimos que igual nos venía bien desconectar y que el sol y el calor nos ayudaría. Desconectar entre comillas, porque yo no estaba bien. A los dos días de estar en Tenerife comenzó a dolerme muy fuerte la parte baja del abdomen. Borja me decía que seguro que era apendicitis…¡Y ojalá hubiese tenido diez apendicitis!. Me fui al hospital sola porque claro, estábamos Borja, Vega -que le quedaba menos de un mes para cumplir tres años- y yo solos en Tenerife. Todavía no se como llegué de la habitación a la recepción del hotel para pedir un taxi”, afirma Marta.
A Marta la derivaron al Hospital de la Candelaria, donde ingresó acompañada de Borja y de su madre, que voló al día siguiente. Los hematólogos en todo momento fueron muy claros: el tratamiento debía comenzar de inmediato. Y eso hizo. A los 2 días de empezar con el tratamiento Marta empeoró y estuvo ingresada en la UCI. Cuando se recuperó, logró terminar el primer ciclo y tras 38 días ingresada y separada de su pequeña Vega -a la que Borja se había encargado de traer a A Coruña para que su familia la cuidase y él así, poder dedicarse al 100% a Marta- volvió a casa: “abrazar a mi hija fue mi mejor cura”.
Los hematólogos del Hospital de A Coruña le dieron una maravillosa noticia: la remisión estaba completa. “Después de las buenas noticias comenzaron los ciclos de consolidación mientras se ponía en marcha la búsqueda de un donante compatible. Los médicos en Tenerife ya me habían hecho saber que en mi caso, necesitaría hacerme un transplante de médula. Mi hermano tan solo es compatible conmigo al 50%, pero gracias al Registro de Donantes de Médula Ósea y a la Fundación Josep Carreras localizaron a dos donantes 100% compatibles”, destaca la paciente.
El primer donante no pudo hacer efectiva la donación, por lo que tuvo que hacer un tercer ciclo de quimioterapia para mantener controlada la enfermedad, mientras esperaba por el segundo donante. Poco tiempo después, y con mucho miedo, llegó su momento. “De mi donante la única información que tengo es que es una mujer, que cuando hizo la donación tenía 22 años y que es de Alemania. A mi ella me dio una segunda oportunidad. Pero no me la dio a mi sola, también se la dio a mi familia y en especial a mi hija. Ojalá se pudiese saber quién está detrás de las donaciones. Como mínimo, me encantaría poder escribirle y darle las gracias por esta segunda vida. Ahora tengo dos cumpleaños, que celebraré por todo lo alto cuando eso sea posible”, añade Marta.
Marta hace un llamamiento a la población para que se animen a donar médula ósea: “Hay registrados más de 28 millones de donantes de médula ósea en todo el mundo, pero no son suficientes. En mi caso solo dos eran compatibles al 100% conmigo. Las cifras son buenas, pero son muy importantes las nuevas donaciones. Si no puedes donar médula, quizás puedas donar sangre. A mi me tuvieron que poner muchas bolsas. Lo que para una persona sana son 20 minutos, para una enferma, es una vida”, afirma.
Y como dice la canción “Partido a Partido”, una de las preferidas de Marta, que pertenece a Leiva y a Joaquín Sabina y que la acompañó en este viaje: “y seguir coronando montañas,y seguir conquistando escaleras. En el tiempo de descuento, regateando al porvenir: Y ganar, y ganar, y ganar. Y ganar y volver a ganar. Partido a partido. Partido a partido”.