Aunque en ocasiones cueste hablar de los temas relacionados con la muerte, es importante tener en cuenta algunos asuntos prácticos que pueden aliviar momentos de especial sufrimiento. El seguro de decesos es una herramienta importante para garantizar que, en el momento del fallecimiento, los familiares puedan concentrarse en el duelo sin preocuparse por los gastos y trámites administrativos que esto conlleva.
Es un tipo de seguro que cubre los gastos relacionados con el fallecimiento de una persona asegurada. Su principal objetivo es aliviar a los familiares del coste económico y de los trámites administrativos que conlleva un fallecimiento.
Aunque ambos seguros están relacionados con la muerte de una persona asegurada, un seguro de vida y un seguro de decesos tienen objetivos y coberturas diferentes. En el seguro de vida, el objetivo principal es proporcionar una suma de dinero (capital asegurado) a los beneficiarios designados en caso de fallecimiento del asegurado o, en algunos casos, si el asegurado sufre una invalidez permanente. En el seguro de decesos, el objetivo fundamental es cubrir los gastos relacionados con el sepelio y los trámites funerarios del asegurado, aliviando a los familiares de la carga económica y administrativa en el momento del fallecimiento.
Elegir entre un seguro de vida y un seguro de decesos depende de las necesidades específicas y la situación financiera de la persona. Muchos optan por tener ambos para asegurar tanto la protección financiera de sus seres queridos como la cobertura de los gastos funerarios.
Si una persona fallece y no tiene seguro de decesos, los gastos y la gestión del sepelio y los trámites administrativos recaen sobre los familiares o personas cercanas. En el siguiente apartado veremos qué implica esto.
Gastos Funerarios: Los costos de un funeral pueden ser significativos, incluyendo:
Trámites Administrativos:
El coste de un seguro de decesos en España puede variar ampliamente dependiendo de varios factores, incluyendo la edad del asegurado, el tipo de cobertura, el capital asegurado, y la aseguradora elegida. Para dar una idea aproximada, estos podrían ser algunos rangos generales: