Fiscalía, acusación particular y acusación popular han cerrado este lunes sus conclusiones del juicio por el asesinato de la niña Desirée Leal reclamando la prisión permanente revisable para su madre, única acusada del crimen, y pidiendo que el jurado actúe de forma "fría" con los datos, ya que "nadie tuvo compasión ni pena por Desirée esa noche".
Así ha cerrado su alegato final la fiscal del caso, que considera que, aunque la acusada presentaba algún tipo de trastorno psiquiátrico, era consciente de sus actos y actuó movida por "maldad pura y dura".
De las dudas suscitadas, las tres acusaciones coinciden en que la acusada tuvo la intención de matar a su hija, intentó sedarla con trazodona y terminó asfixiándola y estrangulándola la madrugada del 2 al 3 de mayo de 2019. En contra de lo que defiende ella, creen que sus capacidades no estaban anuladas por su trastorno psiquátrico, si no solo "levemente afectadas" y consideran acreditado que simula tanto sus síntomas como la amnesia del día de los hechos.
"La única víctima de este caso se llama Desirée y la única culpable es su madre", ha subrayado la fiscal, que ha recordado ante el jurado "que no todo vale para justificar este hecho atroz". "Tienen que ser fríos, no actúen por compasión ni por pena, nadie tuvo compasión ni pena por Desirée esa noche. Ante ustedes no hay más que una puesta en escena, no se engañen", ha zanjado.
Para el Ministerio Público, que pide para la acusada la prisión permanente revisable, la madre de Desirée "urdió un macabro plan para acabar con la vida de su hija" de forma "consciente", aunque parcialmente afectada por el trastorno psicológico que padecía.
En todo caso, rechaza que no fuese dueña de sus actos y reitera que "estaba conectada con la realidad", como demuestran hechos como que "fuese consciente desde el principio de que su hija había muerto", que "premeditase" lo sucedido, que "se negase a entregar el móvil" a los agentes o que "expandiese el bulo de que la niña podía haber tomado medicinas suyas", una teoría "descartada" por las pruebas forenses. No estaba psicótica, no tenía delirios psicóticos relacionados con la niña", ha destacado.
Además de su propio comportamiento, la fiscal recuerda que los peritos informaron de que la acusada había dado puntuaciones elevadas en el test de simulación que se le pasaron y que "exageró los síntomas psicóticos".
Por otra parte, Fiscalía destaca que "la autoría está clara", ya que en la habitación en la que murió Desirée solo estaban ella y su madre y la acusada tenía sangre de la niña en su pijama, que, según el criterio de la fiscal, trató de "esconder". Del mismo modo, sostiene que "hay indicios más que suficientes de que el cadáver de la niña fue limpiado".
En cuanto a los motivos, el Ministerio Público lo vincula al "odio" y la "obsesión" que la madre tenía por el padre de Desirée y la "cosificación" de la niña. "Antes de compartirla con la persona que más odia, fue capaz de matar a su hija con sus propias manos. Para mi ahí está la clave", ha destacado.
Para el Ministerio Público, la acusada asfixió y estranguló a su hija para darle muerte con alevosía y agravante de parentesco, porque se trataba de la "persona que debía cuidarla" y porque, aunque la pequeña "se defendió", no pudo evitar el ataque. "La niña sufrió y lucho por su vida", ha zanjado.
Por otra parte, durante la lectura de conclusiones del abogado de la acusación particular, Manuel Ferreiro, éste ha sostenido que tiene el convencimiento particular de que la mujer lo hizo "a sangre fría", aunque, en vista de la prueba pericial practicada, admite la posibilidad de que sus capacidades mentales estuviesen levemente afectadas en el momento de los hechos.
El letrado ha iniciado su intervención, en la última sesión del juicio, diciendo llevarse una "sensación escalofriante" de la evolución de este caso: "Como hombre, pienso que, si yo estuviese ahí sentado, ya se me hubiese fusilado", ha asegurado, mientras que, al tratarse de la madre, "hay que buscar mil explicaciones", ha planteado.
El abogado que representa al padre de Desirée ha equiparado este caso con otros filicidios conocidos como el de José Bretón o el del padre de las pequeñas Olivia y Anna en Canarias, casos en los que al asesino "se le castiga como se tiene que castigar, con prisión permanente revisable". Sin embargo, en un caso como este, ha dicho, asiste "estupefacto" a que, "como es la madre, es que tiene que estar loca".
Sobre la motivación, al igual que la fiscal, el letrado cree que "tenía miedo que el padre se la quitara" porque "estaba obsesionada con él". "Me tengo que comer con patatas lo que dicen los forenses, pero creo que planificó la muerte de su hija. Por como se comporta, es evidente que es un acto a sangre fría, es mi opinión personal", ha zanjado.
En un "acto de atrocidad salvaje", el abogado ha explicado que, según los testimonios que han pasado por el juicio, Desirée "murió estrangulada y asfixiada a manos de su madre" que, en todo caso, tuvo "una afectación leve" de sus capacidades. Frente a ello, ha dicho, la niña "se defendió", aunque sin posibilidad de frenar el ataque.
El abogado de la acusación particular ve indicios de este plan urdido por la madre en actos previos. Así, apunta que en Semana Santa de 2019 --del 14 al 19 de abril-- volvió de un viaje con la niña a Cantabria y entregó a sus familiares unas fotos de la menor a modo de despedida. Una semana después, buscó hasta 14 veces la palabra 'estricnina' --un veneno-- en Internet y, en la madrugada del 2 al 3 de mayo, justo antes de que se fuese de fin de semana con su padre, "la mata".
Esa noche, antes de asfixiarla y estrangularla, el letrado cree que intentó obligar a la niña a beber una botella de agua con trazodona, un sedante que fue localizado en bajas cantidades en su organismo.
"Consiguió que bebiese algo, probablemente", como demuestran los análisis, aunque "no todo lo que pretendía" ya que, considera el abogado, la niña apartó la botella, generando las salpicaduras de agua con trazodona que se encontraron en la pared, el cabecero de la cama y la mesilla.
Finalmente, la acusación popular, que ejerce la Fundación Amigos de Galicia, también pide para la acusada la prisión permanente revisable y considera que la mujer "tenía conocimiento de que lo que estaba haciendo estaba mal", aunque "su capacidad de inhibirse estaba parcialmente afectada".
En sus conclusiones, el letrado, Francisco José Calvo, también ha sostenido que la madre dio agua con trazodona a Desirée "no con la intención de matarla, si no con la intención de adormecerla y evitar cualquier tipo de reacción defensiva por parte de la víctima, algo que no logró dadas las bajas concentraciones de la sustancia en sangre.
Aún así, el letrado ha indicado que la niña no pudo defenderse del ataque, tanto por su corta edad --siete años--, como por el modo en que fue perpetrado, por parte de su madre y de noche, mientras se encontraba durmiendo.