Consumir alimentos ultraprocesados hace crecer algunas bacterias relacionadas con enfermedades inflamatorias gastrointestinales, según una investigación de la Unidad de Nutrición Humana de la Universidad Rovira i Virgili (URV) de Tarragona, que ha analizado a 641 pacientes con riesgo cardiovascular.
El trabajo, que publica la revista "Frontiers in Nutrition", advierte que la producción y consumo de alimentos ultraprocesados ha aumentado de forma exponencial durante las últimas décadas y que ingerir en exceso estos alimentos comporta un consumo a veces elevado de azúcares, sal y grasas saturadas.
Además, según indican los investigadores, se trata de productos que han sido sometidos a múltiples procesos industriales a los que se añaden, normalmente, edulcorantes, espesantes, colorantes o elevadores del gusto.
Algunos estudios científicos ya habían observado que estos alimentos podrían modificar la microbiota intestinal y explicaban, en parte, algunos de estos efectos adversos para la salud humana que se han observado en estudios prospectivos sobre grandes grupos de población.
Ahora, los investigadores de la URV han determinado que el consumo de este tipo de alimentos se asocia a una mayor presencia de bacterias específicas del intestino humano relacionadas con enfermedades inflamatorias gastrointestinales.
En el estudio analizaron a 641 personas de edad avanzada con alto riesgo cardiovascular que vivían en Reus (Tarragona), Barcelona, Valencia y Málaga.
Clasificaron a los pacientes en tres categorías según su consumo -bajo, medio o alto- de alimentos ultraprocesados, y, a partir de analizar sus muestras fecales, obtuvieron información sobre la composición de su microbiota intestinal aplicando métodos computacionales de alto rendimiento.
Así, los investigadores vieron que las personas que pertenecían al grupo de alto consumo de alimentos ultraprocesados mostraban un mayor número de bacterias relacionadas con enfermedades gastrointestinales.
"Este dato sugiere que la dieta y el estado nutricional son factores determinantes en la salud humana a través del cambio de la composición de la microbiota intestinal. La detección de patrones dietéticos poco saludables relacionados con los perfiles de la microbiota intestinal serían esenciales para entender los mecanismos de diversas enfermedades y para el diseño de futuras estrategias de prevención y mejora en salud pública", según los investigadores.