Bad Bunny se consolidó en 2022 como el principal artista latino y uno de los más importantes del mundo, un éxito que para colegas artistas como Julieta Venegas, Ivy Queen y Tommy Torres tiene sus raíces en la historia de la música pop.
Resumir el éxito de Bad Bunny en los logros de este año no llega a describir el fenómeno en que se ha convertido el artista puertorriqueño, que cumplirá 29 años el próximo marzo, pero sirve para dar una idea de su magnitud.
Spotify y Apple Music lo declararon artista del año y el más escuchado en sus plataformas; su gira “Un verano sin ti” fue la más exitosa en público y ganancias; The New York Times, Rolling Stone y Billboard incluyeron su más reciente disco entre los mejores de 2022, y Time Magazine lo destacó como una de las 100 personas más influyentes del mundo.
Además, Marvel Studios anunció que será el protagonista de su primera película de un superhéroe latino -”El Muerto” se estrenará en 2024-, después de su debut en Hollywood con un personaje en “Bullet Train”, protagonizada por Brad Pitt.
Nada mal para un artista que hace menos de siete años era cajero en un pequeño supermercado de su natal Vega Baja, pueblo costero en el centro-norte de Puerto Rico.
“Bad Bunny es un genio, como lo han sido todos los que logran con su arte conectar con la gente mientras mantienen su autenticidad y consiguen transmitir mensajes importantes”, indicó Venegas, una de las cantautoras más reconocidas de la música hispana y quien colaboró con el artista puertorriqueño en “Lo Siento BB:/”.
Después de superar “el pudor por las letras” de Bad Bunny, Venegas se metió a entender qué hacía al artista tan popular entre los chicos. “Él les habla de cosas que les interesan de una forma, muchas veces transgresora, que les permite explorar la rebeldía de la adolescencia”, indicó.
Para la reguetonera Ivy Queen, “es fácil criticar a Bad Bunny si sólo se conocen las canciones que se ponen de moda por usar lenguaje provocativo, pero los que nos tomamos el trabajo de conocer su música y descubrir quién es él, hemos encontrado a alguien muy respetuoso, conectado con su comunidad y que conoce mucho de la música latina, tropical, urbana, así como del pop el general”.
“Él está enamorado de la música. Jamás imaginé estar en un estudio de grabación hablando de rock con Bad Bunny, pero fue así, de rock, bossanova, en inglés, en español. Mucho de su trabajo viene de la historia de la música pop”, dijo a su vez Torres, uno de los cantautores más famosos de Puerto Rico, cuyo disco más reciente, y uno de los más exitosos, fue producido por el artista.
En sendas entrevistas con EFE, los tres declararon su admiración por Benito Antonio Martínez Ocasio, aquel niño que escogió su nombre artístico en honor a la rebelión que montó con su cara durante un Halloween cuando le pusieron un disfraz de conejo en el que se sentía incómodo. Entonces le dijeron que era un “bad bunny”, un conejo malo, y le pareció “perfecto” para enseñarle su música al mundo.
Para ellos, así como para Residente, el productor Tainy, J Balvin, Rosalía y muchos otros que han trabajado con él, las críticas a Benito, como lo llaman sus amigos y sus fans, son opiniones de “perezosos y prejuiciosos”.
Aunque muchos padres lo siguen considerando mala influencia para sus hijos, Bad Bunny ha comenzado a intrigar a expertos.
El profesor Nate Rodríguez, de la Universidad de California en San Diego, anunció que ofrecerá una clase semestral de posgrado sobre el efecto de Bad Bunny desde las teorías sobre masculinidad, identidad de género y otras.
“Bad Bunny representa latinidad y activismo en temas de inclusión, diversidad y equidad”, indicó el académico mexicano-estadounidense, quien citó como ejemplo la forma en que el artista ha usado su plataforma para denunciar los asesinatos de mujeres transgénero, la discriminación racial y contra la comunidad LGBTQIA, y los problemas en Puerto Rico, sin dejar de usar su lengua madre: el español.
“Bad Bunny: del reguetón a las lógicas del discurso contemporáneo” es la materia de la profesora Adriana Mora en la sede en Medellín de la Universidad Pontificia Bolivariana, una de las más reconocidas de Colombia.
En el centro del fenómeno cultural más grande de Latinoamérica en los últimos años tenemos a un artista que lucha contra “la masculinidad tóxica, habla de identidad de género a través de su expresión visual y denuncia la vida de muchos jóvenes en el mundo”, indicó Mora.
El arte de Bad Bunny trascendió los confines del trap latino y el reguetón cuando se transformó en una mujer en el video de “Yo perreo sola”, parte de su disco “YHLQMDLG” con el que denunció el asesinato en Puerto Rico de la mujer transgénero Alexa Negrón Luciano en 2020.
La industria y los jóvenes entendieron entonces que su expresión iba más allá del clásico artista urbano que busca éxitos de discoteca.
Después vinieron “El último tour del mundo” con sus virales “Dákiti” con Jhayco, y “La noche de anoche” con Rosalía. Ambos discos rompieron todo tipo de récords que en 2021 lo dejaron en el segundo lugar de transmisiones en directo, detrás de la banda surcoreana BTS. Y rompió con todas las mediciones musicales su “Un verano sin ti”, de 2022.
“Para mí, el secreto de Bad Bunny es que nunca ha dejado de cantarle a los chamaquitos de Vega Baja. De tan enfocado que está en ellos y en su realidad se ha hecho universal, porque en el fondo todos tenemos los mismos problemas”, afirmó Residente.
A eso se suma lo que Tommy Torres definió como “un talento casi sobrenatural para combinar sonidos y generales, creando puentes musicales y coros que se quedan en la cabeza de la gente”.