El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ha avalado la condena a 23 años de cárcel al acusado de asesinar a su exmujer en Manresa (Barcelona) en 2021, a la que inmovilizó en una silla para envolverla en papel film desde la cintura hasta la cabeza y dejar que se asfixiara.

Así lo ha acordado la sección de apelación penal de la sala civil y penal del TSJC en una sentencia en la que desestima el recurso planteado por la defensa del acusado, Antoni S.F., y da validez a la condena por asesinato con alevosía y premeditación que le impuso en octubre pasado la Audiencia de Barcelona tras el veredicto de culpabilidad emitido por un jurado popular.

El alto tribunal catalán concluye que el método que usó el condenado para causar la muerte a su ex pareja en abril de 2021 "no fue improvisado", como se deduce de las búsquedas por internet que había hecho con anterioridad sobre las características del papel film o las formas para causar el fallecimiento que pudieran ser tomadas como muerte natural, o el tiempo en que se tarda en morir por este tipo de sofocación.

Además, apunta que la situación "angustiosa" que sufrió la víctima no solo es por la muerte agónica, ya que se puede tardar unos cuatro minutos, sino también por el hecho de no poder liberarse de lo que le impedía respirar.

La sala también ve acreditada la sentencia respecto a la agravante de género, ya que el acusado hizo reproches respecto al rol de la mujer -"no eres buena madre", le dijo-, y le recriminó que mantuviera relaciones con otra persona y que hubiese rehecho su vida después del divorcio.

De esta forma, el TSJC confirma en todos sus extremos la sentencia de la Audiencia que, tras el veredicto del jurado popular, impuso 23 años de cárcel a Antoni S.F., así como la pérdida de la patria potestad sobre las dos hijas menores que tenía con la víctima y la prohibición de comunicarse o contactar con ellas durante diez años cuando cumpla la pena impuesta.

La sentencia ahora avalada por el TSJC consideró probado que el condenado se había divorciado legalmente de la víctima, con quien tenía dos hijas, un mes antes del crimen, y que el 14 de abril de 2021 ambos acordaron encontrarse en el que había sido el domicilio familiar.

Ese día, Antoni S.F. aprovechó para inmovilizar a su ex en una silla en la que se encontraba sentada de forma relajada, para poder envolverla luego en papel film desde la cintura hasta la cabeza, tapándole las vías respiratorias e impidiendo los movimientos respiratorios del tórax, con el fin de que se asfixiara.

Tras salir del que había sido el domicilio familiar, una vez perpetrado el crimen, el acusado intentó suicidarse, sin conseguirlo, y fue localizado en el interior de su vehículo, donde también se hallaron tres cartas manuscritas, un rollo de papel film, unas esposas, un cuchillo, un serrucho y cinta adhesiva.

La sentencia, que también condena al acusado a indemnizar con 200.000 euros a cada una de sus hijas, ve probada la alevosía en virtud de lo dictaminado por el jurado, tanto por lo sorpresivo del ataque, puesto que la víctima se encontraba en su domicilio particular, como "por la propia mecánica del ataque, que abolió las posibilidades de defensa".

También aprecia ensañamiento, porque buscó antes de ese día maneras de matar a alguien y eligió hacerlo de una forma para causar a su exesposa un sufrimiento "añadido e innecesario".