La crisis climática aumentó, al menos 100 veces, las posibilidades de que se diera como ocurrió a finales del mes pasado en buena parte del Mediterráneo un episodio de calor sofocante, más propio del verano, que de abril, y que impactó especialmente a España, Portugal, Marruecos y Argelia.
Así se desprendió de la investigación de un equipo de científicos internacionales de la red World Weather Attribution (WWA), que publicó ayer los datos de un análisis exprés sobre la vinculación del cambio climático con esas altas temperaturas a finales de abril en el suroeste de Europa y norte de África.
“Este calor habría sido casi imposible sin el cambio climático causado por el hombre”, y las temperaturas fueron hasta 3,5 grados superiores respecto a lo que hubiera ocurrido en un escenario sin emergencia climática, según los responsables del informe.
Desde 2015, esta red internacional de científicos que investiga sobre atribución climática, con socios como el Imperial College de Londres, el Real Instituto Meteorológico de Países Bajos o el Centro del Clima de la Cruz Roja, analizó en tiempo real datos para identificar nexos entre la emergencia climática y eventos extremos, tipo tormentas, olas de calor o sequías según ocurren en el mundo.
A finales de abril, determinadas zonas del suroeste de Europa y el norte de África registraron temperaturas “extremadamente altas nunca antes registradas allí en esta época del año, con máximas de entre 36,9 a 41°C para el conjunto de los cuatro países.
“Durante la última semana de abril, algunas localidades en estos países llegaron a registrar hasta 20 grados más del promedio para la época del año”, según la investigación, dirigida por diez investigadores de la WWA con expertos de universidades y agencias meteorológicas de Francia, Marruecos, Países Bajos y Reino Unido.
Estas temperaturas récord se suman lamentablemente a situaciones de sequía histórica en esas regiones, que exacerban los impactos del calor en áreas como la agricultura bajo la amenaza ya de una creciente escasez de agua, según los científicos. Como vienen demostrando otros estudios, los científicos involucrados en el estudio alertaron de que las temperaturas extremas están aumentando más rápido en Europa de lo que avanzaron los modelos climáticos.
Hasta que no se detengan las emisiones de gases de efecto invernadero, las temperaturas seguirán aumentando y los episodios de calor en momentos anómalos serán “más frecuentes y severos”, aseguró Friederike Otto, del Instituto Grantham de Cambio Climático.