España ha escalado un peldaño más en la pronunciada cuesta de la obesidad y ha entrado de lleno en una situación de muy alto riesgo: en 2035, el 37 % de los adultos tendrá un problema que la ciencia pide reconocer como una enfermedad crónica, pero del que se sigue culpando al paciente.
“Es la enfermedad más estigmatizada junto con la mental, por la sociedad e incluso por los profesionales. Hay que cambiar esa visión de que es un vicio: es una enfermedad en sí misma, compleja, crónica y multicausal”, argumenta el vicepresidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (Seedo), Albert Lecube.
Causas metabólicas, endocrinas, epigenéticas o ambientales como el estrés, la falta de sueño o la nutrición que pueden generar esa acumulación anómala o excesiva de grasa en el organismo, que requieren de un enfoque multidisciplinar en unidades especializadas. “¿Quien tiene edemas en las piernas porque no le funciona bien el corazón y bebe agua, la culpa es de ella porque bebe agua y se le hinchan las piernas? Pues eso pasa con la obesidad. Uno no escoge la obesidad, la obesidad te escoge”, resume.
Con este telón de fondo, la Federación Mundial de la Obesidad convoca para hoy, con el lema ‘Perspectivas cambiantes: hablemos de la obesidad’, un nuevo Día Mundial con el que quiere erradicar para siempre los conceptos erróneos y el estigma que acorrala a esta enfermedad.
Cerca de 2.000 millones de personas tienen sobrepeso en el mundo, 650 millones de ellos obesidad, el triple que en 1975. La OMS calcula que uno de cada cuatro habitantes del planeta (1.900 millones) será obeso en 2035. En España, según el Observatorio Global de la Obesidad, el 37,8% de los adultos pesa más de lo recomendable y el 16% es obeso; con crecimiento medio anual del 1,9% desde 2010, la previsión es que en 2030, la prevalencia de la obesidad sea del 37%. Las cifras infantiles no son mejores: el estudio Pasos de la Fundación Gasol cifra en un 21,6% el porcentaje de menores con sobrepeso y en un 11,8% los obesos.
Que obesidad equivale a glotonería, pereza y falta de voluntad está tan instaurado en el ideario común que la fobia que despierta aumenta de la misma forma que su prevalencia: según la OMS, el 63% de los niños obesos en edad escolar tiene mayor probabilidad de ser víctimas de acoso, el 54% de los adultos se siente estigmatizado por sus colegas de trabajo y el 69% por los profesionales sanitarios.
Porque la gordofobia empieza en los colegios en forma de “bullying” y de ahí se extiende al resto de ámbitos, incluido el sanitario. “Hemos tenido parte de la culpa de que las personas con obesidad no vengan a consulta”, comenta Cristóbal Morales, especialista de Endocrinología del Hospital Virgen de Macarena.