El fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, se mostró ayer muy crítico con el “discurso negacionista” de la violencia machista, que “influye directamente en la protección de las mujeres”, y pidió “no retroceder” en la lucha contra esa lacra y “reivindicar” los “logros del feminismo”.
“Los datos son incontestables”, aseveró García Ortiz en el acto de apertura del año judicial presidido por el rey Felipe VI en el Tribunal Supremo, donde aludió a “quienes todavía se resisten a aceptar una realidad crítica” para recordar las “más de dos millones de denuncias por violencia contra la mujer” interpuestas en España entre 2009 y 2022.
Tras subrayar que este país es un “referente” en la “prioritaria” lucha contra la violencia machista, pidió combatir “patrones de conducta incompatibles con los valores democráticos”.
García Ortiz recordó los 42 “feminicidios consumados” y 26 intentados en 2023, con un 19% de denuncias previas, una cifra que descendió “significativamente” respecto a 2022, donde el 44,9% de las víctimas denunciaron. La violencia de género es una de las principales preocupaciones de la Fiscalía General del Estado: en 2022, 50 mujeres fueron asesinadas por sus parejas o exparejas, mientras que otras 35 sufrieron un intento no consumado de feminicidio, lo que supone un incremento del 66% con respecto a 2021.
En el análisis que el Ministerio Público realiza de la violencia en el ámbito de la pareja o expareja se habla de 50 feminicidios en 2022, uno más de los contabilizados en la estadística oficial de Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, y de 43 hechos graves, entre los que figuran 35 tentativas frustradas de acabar con la vida de las víctimas.
De las 50 mujeres asesinadas en 2022 catorce eran extranjeras, según recoge la Memoria, que dedica un apartado a “la vulnerabilidad de las personas extranjeras”. El fiscal general ve “indispensable” implementar medidas de “apoyo y protección” , especialmente “servicios de asistencia y acompañamiento”.
García Ortiz alertó del “auge de los delitos motivados por la Lgtbi”, que motivan la mayoría de las condenas por delitos de odio, seguidos por el racismo y la xenofobia, y pidió “desactivar” los “prejuicios” que los jóvenes replican de algunos adultos, mediante la educación.
También aludió a la ley del solo sí es sí, que motivó numerosas rebajas de condenas por delitos sexuales, y defendió la labor de la Fiscalía: ofrecer una tesis “jurídica rigurosa e impecable” mediante la circular en la que abogó por mantener la condena si esta cabía en la actual legislación. Después, dijo, son los tribunales quienes adoptan la decisión. En este caso, el Tribunal Supremo no acogió su tesis y avaló las rebajas de condenas.