La titular del juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Motilla del Palancar (Cuenca) decretó el secreto del sumario en el caso de las dos niñas, de nueve y once años, que ayer fueron presuntamente asesinadas por su madre, de 42 años y agente de la Guardia Civil, que después se suicidó.
El suceso ocurrió a las 07.19 horas de ayer en la casa cuartel de la Guardia Civil de Quintanar del Rey (Cuenca), cuando la mujer, que llevaba dos años separada del padre de las niñas, disparó a sus hijas con un arma de fuego antes de quitarse la vida, según informó el servicio de urgencias.
Además, fuentes próximas a la investigación señalaron que fue un compañero de servicio de la fallecida quien, alertado por que la agente no llegaba al puesto de trabajo, se desplazó a la vivienda para ver qué sucedía. Fue entonces cuando halló a la mujer fallecida por disparo de arma de fuego y, junto a ella, los cuerpos sin vida de sus dos hijas.
Estas mismas fuentes precisaron que todos los indicios apuntaban a que la mujer, natural de Algeciras (Cádiz) y que no tenía antecedentes por baja psicológica, acabó con la vida de las menores y después se suicidó.
El suceso causó conmoción en el municipio, de unos 7.000 habitantes. A las 12.30 horas de ayer, los vecinos y la corporación municipal guardaron un minuto de silencio por el suceso, que el alcalde de Quintanar del Rey, Martín Cebrián, visiblemente emocionado calificó de “hecho trágico”.
El Ayuntamiento de este municipio conquense decretó tres días de luto oficial y las banderas ondearán a media asta.
El hermano del padre de las niñas, Francisco, comentó a las puertas de la casa cuartel de la Guardia Civil, donde vivían la mujer y las hijas tras la separación, que lo ocurrido es “muy fuerte”.
El tío paterno desveló que tanto el padre como los abuelos paternos intentaron contactar este miércoles con las dos chicas, pero no fue posible.
Además, subrayó que las niñas pasaban mucho tiempo con los abuelos paternos y con el padre, ya que se veían “la mayoría de los días”, pues él las llevaba al colegio y cuando acababa de trabajar, también las veía.
En esta misma línea se manifestó Lucía, prima del padre de las niñas, que señaló que los progenitores, a pesar de que llevaban unos dos años separados, “intentaban llevarse lo mejor posible” por el bien de sus hijas. Lucía confirmó que, aunque la madre tenía la custodia, tanto el padre como los abuelos paternos pasaban mucho tiempo con ellas, dado que la mujer trabajaba.
Asimismo, explicó que la mujer y las niñas estuvieron el fin de semana en Algeciras, con la familia de ella, y que las niñas contaron que se lo habían pasado muy bien.
Fuentes cercanas a la investigación indicaron que la mujer entró en las Fuerzas Armadas en 2003 y accedió a la Guardia Civil en 2008.
En 2009 fue destinada a la provincia de Cuenca, y en la actualidad prestaba servicio en Quintanar del Rey, en Seguridad Ciudadana.
La ministra de Igualdad, Irene Montero, aseguró ayer estar “consternada” por el asesinato de las dos menores a manos de su madre. “Consternada ante el asesinato de las dos niñas de nueve y once años en Cuenca. Todo el cariño a su familia en estos momentos de inmenso dolor. La protección de la infancia ante todas las violencias debe ser una prioridad para toda la sociedad”, escribió la ministra en su cuenta oficial de la red social Twitter.
El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, se refirió ayer al fallecimiento de la guardia civil al quitarse la vida después de matar a sus hijas, para lamentar que “vivimos en un mundo en el que pasan barbaridades”.
Page afirmó que era “una de esas cosas que en la vida te llevan a replantearte todo”. El presidente autonómico señaló que estas cosas son “consecuencia de la pérdida de control”, y aunque dejó claro que no se refería a este caso en concreto, destacó que desde el covid se han “agravado muchísimo” los problemas psicológicos, ante los que la mejor terapia para salir es “ayudarnos, con los profesionales y unos a otros”.