El karkubi, sustancia estupefaciente que según la Policía se consigue al mezclar medicamentos psicotrópicos con hachís, alcohol o pegamento y que ha sido etiquetada en determinados contextos como la ‘droga de los pobres’ por su bajo coste y fácil elaboración, empieza a ganar protagonismo entre las agresiones al personal sanitario.
El último informe del Consejo Andaluz de Colegios de Médicos (CACM), que cuenta con un registro digital pionero en España, señala que las discrepancias con la atención médica (49%) y los retrasos a la hora de recibirla (15%) siguen detrás de la mayoría de estas agresiones, pero ganan fuerza las motivadas por no recetar todo lo propuesto por un paciente (13%).
El presidente del consejo que representa al colectivo de médicos en la comunidad más poblada de España, Alfonso Carmona, explicó que el karkubi, que se elabora al mezclar psicotrópicos o cualquier otro medicamento de ese tipo que necesita prescripción, está produciendo “catástrofes”, especialmente en población juvenil que padece adicción a las drogas. “Es un medicamento que se consigue de forma barata, comercializado como Rivotril (clonazepam).
Se encargan de conseguirlo personas que acuden a los centros de salud, donde pueden robar o pedir recetas de forma reiterada a los médicos”, explicó el presidente del CACM, que alertó de un “mercado negro” dedicado a su reventa dentro de España o en países como Marruecos.
Esta reventa puede llegar a producir hasta un equivalente a 3.000 euros al día y esto hace que la gente esté ansiosa por poder llegar a conseguir estos medicamentos, detalló Carmona, quien añadió que cuando los médicos son conscientes de esa situación optan por negar su prescripción, lo que conlleva una serie de agresiones verbales o incluso físicas, contra el facultativo.
Ante esta situación, protagonista de nuevas agresiones, consideró “fundamental” que médicos, cuerpos de seguridad y la administración sanitaria actúen de forma rápida y eficaz para evitar y atajar el problema.
El presidente de la rama de Atención Primaria (AP) del Sindicato Médico Andaluz en Sevilla, Rafael Gómez, apuntó a la necesidad de un control más estricto respecto a este tipo de medicamentos, que requieran de un visado por parte de un inspector además de la preceptiva receta como posible para proteger a los médicos en AP y Urgencias
A pesar de la realidad de la que advierten colegios y sindicatos médicos, desde el Plan Nacional sobre Drogas, dependiente del Ministerio de Sanidad, apuntaron que no cuentan con indicios de un “consumo relevante” de karkubi en España. Sí existe, indicaron, un alto consumo de medicamentos hipnosedantes prescritos y una pequeña parte puede desviarse al mercado ilegal.
El programa de intervención desde la reducción de riesgos en el ámbito de los consumos recreativos de drogas ‘Energy control’, de la Asociación Bienestar y Desarrollo y financiado parcialmente desde Sanidad, aclaró que no existen estadísticas sobre el uso combinado de clonazepam y hachís en personas con pocos recursos, y que “nada indica” que se esté ante un fenómeno de magnitud.
Según la entidad, la falta de información motiva que se instauren “mitos” sobre su consumo, su relación con episodios violentos y que se estigmatice a determinadas personas.