Las lluvias torrenciales que descargaron ayer de nuevo con fuerza en distintos puntos de España –en especial en la Comunidad Valenciana y en las regiones del centro peninsular– provocaron inundaciones, rescates, caída de ramas y derrumbe de muros aunque, de momento, no hay que lamentar incidentes graves.
Las precipitaciones comenzaron en la tarde del jueves, continuaron durante la madrugada y continuaron descargando a diversas horas a lo largo de ayer.
El episodio más complicado se vivió en la provincia de Castellón, que pulverizó sus récords pluviométicos
al convertir este mes en el mayo más lluvioso desde que existen registros en la zona, por encima de los más húmedos hasta ahora: por este orden, los de los años 1936, 2003 y 1962.
Así, la situación en Benicasim fue difícil y su Ayuntamiento tuvo que suspender las actividades escolares por la tromba de agua, además de insistir en las advertencias a los ciudadanos para que evitasen desplazamientos innecesarios por el municipio, que llegó a acumular 220 litros por metro cuadrado.
Otra localidad especialmente afectada fue Molina de Segura, en Murcia, donde cayeron unos 100 litros por metro cuadrado en una hora que provocaron quince rescates en viviendas y vehículos, además del corte de numerosas carreteras anegadas, el derrumbe de parte de un muro del cementerio municipal y daños en las cosechas según ha confirmado su alcalde, Eliseo García.
En Madrid, las zonas más afectadas fueron el Alto del León, Alpedrete, el puerto de Navacerrada, Colmenar, Valdemorillo y Torrelodones y, además de la lluvia, se midieron rachas de viento de hasta 109 kilómetros por hora. No obstante, la situación en la capital fue más tranquila de lo esperado según Emergencias Madrid, que intervino, en la mayoría de los casos, por filtraciones de agua en viviendas y ramas caídas.
En Aragón, los responsables municipales de Pomar de Cinca (Huesca) evaluaron desde primera hora de ayer los daños causados por la crecida del barranco de la Clamor, cauce que atraviesa el pueblo y que, tras desbordarse, inundó varias viviendas y algunas infraestructuras.
Las autoridades locales se lamentaron de lo que consideran un “desastre anunciado” debido a la falta de labores de limpieza del barranco que, recordaron, es responsabilidad de la Confederación Hidrográfica del Ebro.
A pesar de las llamadas a la prudencia, las redes sociales mostraron la temeridad e irresponsabilidad de ciudadanos que intentaban cruzar las riadas ignorando los avisos.