Manoli, una anciana de 85 años, acostumbrada a salir en la tele el día del sorteo de la Lotería de Navidad, disfrazada con distintos atuendos, hace cola ya en las puertas del Teatro Real de Madrid para ser de las primeras en entrar el jueves junto a un variado grupo de 'habituales', que vive con ilusión el Sorteo Extraordinario del próximo 22 de diciembre.
Aún, Manoli, no luce el disfraz que se pondrá este año y que, según avanza, será de bola de nieve y que, como en ocasiones anteriores, en las que se ha disfrazado de bombo del Gordo o de árbol de Navidad, le están confeccionando sus hijas.
En años anteriores ha dormido en las puertas del Teatro y entraba en calor con un buen chocolate caliente de una churrería próxima, pero en esta ocasión sólo esperará en la Plaza de Oriente la noche del 21, dado que su salud ya no le permite estar tanto tiempo a la intemperie.
Desde 2012, cuando el sorteo se comenzó a celebrar en el Teatro Real, Manoli es la primera en llegar, aunque cuando este 15 de diciembre, el pasado jueves, se acercó al teatro de la ópera de Madrid ya estaba Jesús, que ocupa el primer puesto vestido de Papa.
Jesús es otro habitual de la cola del sorteo desde hace quince años, cuando todavía se celebraba en la calle Guzmán el Bueno, en la sede de Loterías y Apuestas del Estado, y le gusta mucho la idea de disfrazarse: "He venido de Fernando VII, de payaso y de brujo, pero el de Papa es el primero que repito porque es el que más me ha gustado", comenta.
También con temática eclesiástica está Juan, que desde hace nueve años espera disfrazado de obispo de la lotería, porque según comenta tiene la ilusión de repartir muchos premios, sobre todo en su pueblo, Toral de los Guzmanes, y en León, que es donde vive.
Ha comprado 72 décimos, "72 sueños" -dice emocionado-, y se está reservando para el Gordo de este año porque, como cuenta, como ya no hay covid lo va a disfrutar a tope cuando le toque.
Juan duerme por la noche en la calle, abrigado con ropa térmica y mantas junto a otros compañeros como Mapi, quien para soportar el frío se va con el grupo a la churrería y toman chocolate, juegan a la pelota, cuentan chistes, cantan...
Mapi se unió al grupo hace siete años, pero esta es la primera vez que se disfraza: "de gasolinera, porque es que si no, no llego a Madrid desde Castellón, desde donde me traslado para presenciar el sorteo", señala.
Manoli afirma que se conoce a gente "muy buena" esperando en el Teatro Real, y Jesús apostilla que entre ellos intercambian décimos "que es lo más bonito que hay".
Han vivido momentos muy especiales, como cuando a Manoli le tocó el quinto premio hace unos años y se enteró allí, en el momento.
"Dije ¡ay, que me ha tocado, 6.000 euros!, y todas las teles vinieron detrás de mí", recuerda con emoción ese momento, que espera volver a vivir este 22.