Más de un millón de españoles sufre covid persistente y la inmensa mayoría arrastra este padecimiento desde hace dos años, según revela la vicepresidenta de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMEG) y coordinadora del Grupo de covid persistente, Pilar Rodríguez Ledo.
En una entrevista a Efe, esta experta, que lamenta la falta de registros que atestigüen la realidad del número de contagios, advierte de que no se sabe qué pasa con los pacientes de covid persistente en el largo plazo pero sí le consta que se empiezan a detectar procesos oncológicos de deterioro, regeneración de retina, algunas neoplasias y el debut de una diabetes.
"No podemos ser alarmistas ni conformistas, tenemos que averiguar qué sucede", señala Rodríguez Ledo, que explica que en el largo plazo "el virus al estar escondido en alguna parte del organismo puede acabar produciendo una alteración del mismo y darse una mutación que derive en mayor prevalencia de cáncer".
También podría ocurrir, dice, que "al ser pacientes a los que se les hacen múltiples pruebas y están en tantas consultas se les diagnostican más cosas".
El 10% de los infectados por covid (12.436.538 casos notificados, según los últimos datos del Ministerio de Sanidad) desarrolla covid persistente, una enfermedad multisistémica que puede afectar a cualquier parte del organismo.
El síntoma más común es la astenia, un cansancio intenso que no permite realizar las actividades diarias. No todo el mundo sufre los síntomas de manera constante sino que tiene exacerbaciones, unos días puede mejorar y otros empeorar pero la recuperación, a día de hoy, es escasa.
Lo que más abunda es la adaptación a las nuevas circunstancias, sobre todo en mujeres, entre 36 y 50 años que aprenden a vivir con limitaciones. Otros, sin embargo, no consiguen convivir con la enfermedad y se "arrastran" por el sistema en busca de soluciones.
Rodríguez Ledo comenta que los pacientes de la primera ola fueron los que tuvieron una sintomatología más intensa, con una media de 36 síntomas diferentes en seis meses. En las siguientes olas los síntomas era menos numerosos e intensos y empezó a haber más prevalencia en hombres.
¿Y qué pasa en la sexta ola?. Lo cierto, según esta experta, es que la inmunidad de las personas ha cambiado. "Estamos en un momento en que se está contagiando todo el mundo y estamos adquiriendo la inmunidad natural además de la inmunidad adquirida con la vacunación".
Además de la astenia, los pacientes con covid persistente tienen que lidiar con síntomas neurológicos como dificultad de concentración, la llamada "niebla mental", déficit de atención, cefalea, taquicardias, bradicardias y arritmias, dolores articulares y musculares y dificultades en la respiración.
Y hay pacientes que están sufriendo estos síntomas desde hace dos años, con lo que están ya en el largo plazo. "Se esperaba -dice- que se curarían a los seis meses como por arte de magia pero eso no ha sucedido ni va a suceder".
Rodríguez Ledo asegura que las estadísticas actuales de Sanidad "no sirven para nada" y lamenta que no haya unos registros clínicos que les permitan investigar. La vicepresidenta primera de la SEGM urge al Ministerio a que ayude a los pacientes con covid persistente poniendo al alcance de los profesionales sanitarios pautas de actuación homogéneas.
Y para ello, recuerda al Ministerio que solo hay dos vías: "que haga una guía o que adopte la que han hecho 57 entidades profesionales y científicas".
Se refiere a la guía clínica que la SEMG ha elaborado para la atención al paciente con covid persistente, en la que han trabajado sociedades profesionales y científicas y que, en su momento, han remitido al Gobierno, al Instituto de Salud Carlos III, a las consejerías de Sanidad y a los colegios médicos.
Pese a las buenas palabras de Sanidad, Rodríguez Ledo denuncia el inmovilismo del Ministerio. Mientras, su grupo de trabajo ha puesto en marcha la Red Española de Investigación en Covid Persistente (REiCOP, coordinada por la SEMG, para desarrollar, entre otras cosas, un registro clínico en Atención Primaria para el estudio del covid persistente.
Rodríguez Ledo tiene claro que en este tema "hablamos de salud pero también de economía". Y es que las personas con covid persistente son población activa que trabaja y con la enfermedad "deja de trabajar y de ser eficiente".
El Gobierno no reconoce las bajas laborales por covid persistente bajo el amparo de que falta legislación pero "la legislación se hace cuando se necesita, hay que ser valientes", precisa esta responsable.
No obstante, reconoce que "la valentía supondría admitir que hay una situación que económicamente va a generar un gasto asistencial también a nivel social. Los que no están trabajando producen una pérdida económica importante y los que trabaja por debajo de sus capacidades, también".
Y lamenta que hoy a los que no pueden trabajar por covid persistente les den una baja laboral "por problemas de salud colaterales, como el cansancio extremo.
"Es como si a alguien con neumonía le dan la baja por fiebre, con el agravante -recuerda- de que muchas de estas personas se han contagiado en el lugar de trabajo".